Cada mes la alfalfa es cortada por los tractoristas en los terrenos del Valle del Mezquital, donde se siembran alfalfa para su venta a los productores de leche o criadores de ganado.
Los campos de alfalfa, avena o trigo, es el hábitat de algunos insectos como los chapulines, las catarinas, las garambolas, las arañas, mariposas u orugas que comen las hojas de estas plantas.
Cuando pasa la segadora del tractor estos insectos buscan salir debido al ruido o la tala de su hábitat , situación que es aprovechada por las garzas que buscan el momento oportuno para atraparlos.
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Las parvadas de garzas siguen al tractor que surca gavilla por gavilla para tender el alfalfa en el campo, en este momento los insectos quedan al descubierto y se convierten en presa fácil de las garzas.
Este festín dura hasta que el tractorista u operador del tractor, termina de segar la alfalfa, y después de retirarse las garzas también lo hacen; este comportamiento de estas aves, es una costumbre que han aprendido de manera natural.
Las garzas esperan al tractor cada mes, o siguen al automotor desde el cielo desde donde divisan desde o escuchan el ruido del motor que es señal de que cortaran los forrajes.
Estas aves se ven comúnmente en el Valle del Mezquital durante los riegos por inundación que los campesinos realizan en sus terrenos agrícolas, así como durante las siembra de maíz, sorgo o alfalfa.
También se han observado en los espejos de agua o manantiales donde las garzas también se alimentan, estas aves llegan a medir hasta los 50 centímetros, tienen un pico amarillo, las patas amarillas y al plumaje blanco.