Fue víctima del coronavirus y logró vencerlo

Estuvo internada quince días en el Hospital General de Tulancingo, donde dio a luz a un bebé

Concepción Ocádiz

  · lunes 27 de abril de 2020

En el Hospital General de Tulancingo, estuvo dos semanas bajo observación, finalmente fue dada de alta. / Concepción Ocádiz

“El Covid-19 sí existe, y me afectó, estuve 15 días en el Hospital General de Tulancingo, fui dada de alta; por ahora debo estar igual, apartada. Aunque ya en mi hogar, lejos de mis hijos y del resto de mi familia, pero estoy fortalecida”, comenta una joven mujer que venció a este virus.

Ella pensaba que la enfermedad no existía, era incrédula, hasta que lo vivió. “No es un invento, esto es real. ¡Existe!”, indicó vía telefónica, en una entrevista exclusiva, luego de haber vuelto a su hogar.

Explicó que empezó con fiebre que no podía controlar con nada, luego con episodios de tos, dolores de cabeza muy fuertes y falta de respiración. Su salud se empezaba a complicar y su mayor preocupación era su hijo, que en esos momentos aún estaba en su vientre.

Recuerda que el temor se apoderó de ella cuando arribó al Hospital General de Tulancingo, ya que a su ingreso para la valoración médica tenía 38 grados de temperatura y por momentos no podía respirar.

De inmediato la llevaron a un área, donde el cuerpo médico aplicó muchas medidas y “cuando vi que tenían su vestimenta especial, pensé lo peor, y más aún cuando me hicieron la prueba. Al poco rato me dijeron que salía positivo a Covid-19 y pensé que moriría. Toda mi vida pasó en mi cabeza, y el futuro que tal vez no llegaría”, explicó.

No obstante, su bebé nació por cesárea y sano, sin el virus. Los médicos le indujeron el parto y mientras su pequeño permaneció en su incubadora, bajo el cuidado de doctores y enfermeras, ella luchaba contra el Covid-19, aislada, en una cama con toda la protección para no contagiar a nadie.

Los doctores y el personal de enfermería le suministraron paracetamol, suero y oxígeno, los cuales fueron sus aliados en la lucha que su organismo mantuvo contra el virus. “Gracias a Dios no estuve intubada, pero sí tuve mucho miedo de morir”, indicó.

Hoy está de regreso en casa y aunque todavía no puede abrazar a su hijo recién nacido, ni a su otro pequeño de año y medio, confía en que un lapso de dos semanas pueda besarlos, abrazarlos y jugar con ellos.

Por lo pronto, debe cumplir con los protocolos médicos y fundamentalmente mantener la sana distancia con ellos y el resto de los integrantes de su familia.

La entrevistada reconoce que previo a su hospitalización no usaba cubrebocas, y aseguró que solo salió dos veces, una al Centro de Salud y otra más al Hospital, para lo cual utilizó transporte público.

Es difícil saber dónde y cómo se contagió, pero hoy, con su voz entrecortada, envía un mensaje a la sociedad: “la gente no cree hasta que pasa, en verdad, esto sí existe, esto es real. Esto para mi es una prueba de vida y tengo la fortuna de narrar que soy una sobreviviente”.

Está agradecida con los médicos, con su familia, con su pareja que estuvo siempre atento de ella. Volvió a nacer.

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