En los campos de cosecha del Valle del Mezquital, a mediados del mes de enero el ciclo de floración de los duraznos en su variedad de amarillos, que son grandes de forma redonda.
La mata de este fruto se queda solo en tallos durante la temporada de invierno, pero al iniciar el año, cuando las temperaturas comienzan a subir, los capullos comienzan implosionar, y dejan al descubrir flores color rosado, que pintan el paisaje.
Este proceso de floración permite que insectos polinizadores como abejas, quijotes o avispas puedan polinizar los capullos, y así comienzan a nacer los frutos de durazno.
El color rosado de las flores de durazno contrasta con el azul del cielo o hace juego con los atardeceres del Valle del Mezquital, que tienen tonos rosados, naranjas o violetas.
Los duraznos de pulpa amarilla suelen llamarse melocotones y responden a uno de los tipos de duraznos que existen. Se caracterizan por tener la pulpa desprendida de su hueso y son fácilmente identificables porque sus cáscaras son desde un amarillo claro hasta un anaranjado con algunas vetas rojas.
Su consumo tiene muchos beneficios, ya que es rica en vitamina A, esencial para fomentar una vista aguda, y vitamina C, requerida para la síntesis de tejidos conectivos y para combatir infecciones; además de contener minerales como potasio, fósforo, sodio, calcio y magnesio, entre otros nutrientes.