El municipio de Francisco I. Madero tiene la mayor cantidad de monumentos productos de la corriente arquitectónica del movimiento social de la Revolución Mexicana, no sólo hubo guerra, también destacó el arte y por ende la arquitectura, informó para esta casa editorial Miguel Dionisio Lazcano, investigador independiente y restaurador.
Además comunicó que el productor y reproductor de esta corriente de arquitectura fue Fernando Polo, arquitecto, urbanista, pintor, constructor y escultor, un personaje multifacético originario de El Oro, Estado de México; “Polo está a la altura de los artistas renacentistas”, explicó el restaurador.
El artista fue traído a Tepatepec por el político Felipe Contreras Ruiz, originario de Tepa, quien fue diputado federal en el periodo presidencial del general Lázaro Cárdenas, aseguró Dionisio Lazcano.
En esa época antes de la Revolución, el arte arquitectónico era exportado de Europa, ya que Porfirio Díaz envió a estudiar a arquitectos a Francia, quienes reprodujeron en México las corrientes neoclásicas y neogóticas.
Esta arquitectura estaba desconectada de las población, desconectada del México rural, por lo que Fernando Polo, en el periodo de 1917 a 1954, produjo más de 25 edificaciones que estaban vinculadas con la sociedad, no hizo grandes teatros u oficinas de gobierno, sino todo lo contrario: construyó edificios para la gente, como escuelas, centros educativos, monumentos, casas habitación y presidencias municipales, para ello se basó en un estilo: art déco, funcionalismo y neocolonial.
“Es lamentable que hay muchísima información que está sin redactar, sin registrar, de este movimiento arquitectónico revolucionario”, compartió Lazcano.