El carrizo se ha usado en el municipio de Huasca para hacer plantas tratadoras de residuos y las cuatro existentes se hicieron de manera artesanal, a una de ellas incluso, le colocaron lombrices lo que lleva no solo a funcionar mejor, sino a durar más tiempo. Con la obra se captan sustancias nocivas y materiales pesados.
El conocido como Phragmites “come” desde jabón, cloro y todo lo que son las heces, refiere Isidro Muñoz quien muestra esta obra de ingeniería doméstica.
En su instalación, dice el titular de Turismo del Pueblo Mágico, se colocaron filtros de arenas y grava y ya lleva funcionando cuatro años y ejemplifica la del Parque Ecoturístico del Lago, pero hay otras más que están funcionando.
Él le denomina una planta tratadora de aguas residuales por medios naturales y su origen es alemán. Y explicó que en el Río Rin nació la idea de sanear con base a la colocación de carrizos, conocimiento que compartió el alemán Manfred en su visita a Huasca y quien durante 25 días capacitó a gente preocupada por los efectos de la contaminación
“Con esta planta tratadora, se ayuda a conservar el ambiente y evitar la polución. En términos económicos, sale más barato que una fosa séptica. Y se establece un metro cuadrado por persona”, aseveró el informante.
La planta tiene una vida útil de 30 años, pero a ésta al menos en el Parque del Lago, se le agregaron lombrices lo que permite más tiempo vida para dicha infraestructura.
“Lo que hacemos es que de la misma cadena alimentación se evita la polución”, comentó.
El carrizo lo llevaron de Atotonilco El Grande, añadió y espera que el investigador regrese, “con él no se ha perdido el contacto, él sabe el éxito de las lombrices en esta planta, mismas que ayudan a reducir la sedimentación”
“Se estima que, si por familia se hiciera una de estas plantas, en automático dejaríamos de tener aguas negras y pestilencia; aunado a la conciencia en cuidar el agua, según nos comentó Mr. Manfred cuando vino a Huasca”, finalizó.