Se celebró en la Catedral Metropolitana de Tulancingo, la misa de Jueves Santo; en esta ocasión, no se realizó el “lavatorio de pies” en la Eucaristía encabezada por Monseñor Domingo Díaz Martinez.
La jornada que es la antesala al Viernes de Crucifixión, fue, nuevamente a puerta cerrada en dicho recinto, sin embargo, como lo había anunciado el Arzobispo, se transmitió en vivo a través de la red social de la Arquidiócesis, al igual que el pasado Domingo de Ramos.
En el Evangelio de San Juan, se relata que Jesús decidió lavarle los pies a sus discípulos, y eso simboliza la vocación al servicio del mundo, es decir, al prójimo.
En esta ocasión, fue suprimida la acción en la homilía, atendiendo a las medidas sanitarias, derivado de la contingencia de Covid-19.
El Jueves Santo, para la iglesia reviste vital importancia ya que no solo se recuerda, según pasajes bíblicos, la Última Cena de Jesús con sus Apóstoles sino igual, los sacramentos: La Eucaristía y el Orden Sacerdotal.
“Este jueves santo quedará grabado en nuestra mente como un día especial para la historia, por la pandemia que estamos viviendo, Pero de igual forma que nos recuerde en nuestro corazón, la palabra de Dios”
“Hoy, es el Día del Sacerdote agradezcamos a Dios todos los sacerdotes que nos ha dado, pues ellos nos bendicen; y hoy, igual es el Día de la Caridad”
Finalmente, oró porque esta pandemia termine, y se recordó que este Domingo de Resurrección, párrocos saldrán a las calles a bendecir casas y entregarán una oración.