TULA DE ALLENDE, Hgo.- Al Centro de Readaptación Social para Adultos (CERESO) de la ciudad de Tula, nosotros los familiares de internos ya no les podemos llevar recaudo, abarrotes ni medicinas, aunado a que en el centro penitenciario no hay agua potable ni atención médica y abunda comida insalubre para los reos, quienes tienen pésima calidad de vida. Y estoy inconforme porque directivos del espacio supuestamente lo quieren transformar en un mercado al interior, pues antes había una zona de convivencia y ahora ya hay puestos de frituras en esa área interna y a los presos ya no se les puede rehabilitar bien como antes.
Así lo aseguró, ayer, Martha González García, quien tiene un familiar internado en la cárcel desde hace once años.
La mujer mencionó que acudió ayer en la mañana a la oficina regional de Derechos Humanos de Tula a interponer una queja por las presuntas anomalías existentes en el penal, lo cual quedó asentado en el expediente número TA-0087-22.
La entrevistada añadió que también personal directivo de la cárcel presuntamente está impidiendo el acceso de materiales como madera que utiliza su familiar interno para hacer muebles.
“Ojalá que autoridades competentes realicen pronto una inspección en el interior del centro penitenciario localizado en la parte más alta de la colonia La Malinche de esta ciudad, para verificar la situación anómala que existe desde hace tiempo allí y que afecta la rehabilitación de los internos, entre ellos mi familiar” indicó Martha González.
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Por último, dijo la informante que hace días se enteraron que supuestamente se va a certificar el Centro de Readaptación, lo cual se le hace incoherente ya que a decir de su familiar, solo les dan diariamente tres litros de agua, tres tortillas y comida insalubre para cada diez internos.