TULA DE ALLENDE, Hgo.- Los “Consejos de Administración y Vigilancia” de la cooperativa La Cruz Azul, que encabeza José Antonio Marín Gutiérrez informaron que ayer un actuario del Poder Judicial del Hidalgo les dio posesión de la planta cementera de Tula, Hidalgo, pero un grupo socios y porros retuvieron la instalación.
En un comunicado, el grupo que es señalado de ser disidente, refiere que ayer en un operativo policial de 400 policías estatales y 150 elementos de la Policía Bancaria, se ejecutó una orden judicial en la que se les dio posesión de la fábrica.
Pero que al lugar llegó un grupo de 300 porros y 20 socios, encabezados por Federico Sarabia a quien identificaron como cercano a Billy Álvarez, quienes finalmente retuvieron las instalaciones de la planta cementera.
Por su parte, Federico Sarabia, el líder de los cooperativistas aseguró que el grupo disidente intentó de forma ilícita apoderarse de la planta de Hidalgo aprovechando la madrugada y que hoy es el último día que trabajan los jueces. Aseguró que buscaban hacer una chicanada y utilizaron a la policía para espantarlos. Y dijo que está acción muestra la desesperación de la disidencia y la gran cantidad de dinero que están usando para conseguir quitarles la planta
Arturo Valdés, uno de los socios explicó que una Actuaria, acompañada de 300 policías, se presentó para ejecutar una supuesta diligencia y tomar el control de la fábrica aproximadamente a las 3:09 de la mañana.
La funcionaria, aseguró, quien iba acompañada del representante legal de los disidentes, le mostró un documento que no tenía validez legal, porque él le presentó un Amparo Federal que impide la entrega de la instalación, por lo que los trabajadores repelieron el intento de los policías de ingresar a la planta. Tras ello, la funcionaria levantó un acta y se retiró.
Granaderos sitiaron la ciudad
Minutos antes de las 3 de la mañana llegó a ciudad cooperativa Cruz un convoy con alrededor de 300 granaderos, quienes cerraron los accesos de la ciudad y de la planta. Se dispersaron y medio centenar de ellos acompañó a la actuaría.
Cuando los cooperativistas que estaban en el "Guardia" les indicaron que el mandato judicial carecía de validez, los policías se dirigieron al acceso de la planta, rompieron los vidrios, golpearon a los oficiales de la Policía Industrial Bancaria que custodian el acceso, se apoderaron de los radios de comunicación y trataron de ingresar por la fuerza.
Los trabajadores que estaban dentro de la planta acusaron que los policías hicieron uso excesivo de la fuerza pública amenazándolos con sus armas y golpeándolos, pero no los dejaron entrar.
En minutos llegaron a la puerta 1 cientos de personas, entre socios, trabajadores, familiares y vecinos que apoyan el movimiento, quienes fueron advertidos de la situación con cohetes, el silbato de la fábrica y por teléfono, por lo que los policías optaron por retirarse.
En las otras dos puertas de acceso también se registraron enfrentamientos, pero los policías y disidentes no lograron ingresar. Con ayuda de los traileros que esperaban cargar cemento, bloquearon los accesos, para lo cual atravesaron los camiones y se liaron a golpes.
Tras media hora de enfrentamientos en el que los policías lanzaron gas lacrimógeno y varios ataques resultaron lesionados al menos 15 personas, entre ellos dos policías industriales, finalmente la persona que estaba al mando de la Policía Estatal revisó el Amparo y lo dio por válido, procediendo a elaborar un informe y anunciando que al terminarlo se retirarían, con lo que la calma volvió.
Tras el zafarrancho, los trabajadores del primero y segundo turno ingresaron y la producción y el despacho de cemento no se detuvo.
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