Comerciantes, en espera de créditos

A cinco meses de la inundación, su situación financiera se complica

Rosalía Maldonado

  · miércoles 9 de febrero de 2022

Desolado se ve el Tianguis de Tula / Foto: Rosalía Maldonado

TULA DE ALLENDE, Hgo.- En la ruina, endeudados y desesperados porque las ventas no repuntan, están los comerciantes de Tula. A cinco meses de que perdieron su mercancía por la inundación que sufrió la ciudad, al menos 60 comerciantes, que consiguieron ser considerados para obtener un crédito del Instituto Hidalguense de Competitividad Empresarial (IHCE) siguen esperando les depositen el recurso, por el cual en diciembre pasado les hicieron firmar pagares.

La líder del tianguis Patricia Badillo Bárcenas, señaló que a la fecha solo han logrado abrir de nueva cuenta sus negocios, el 70 por ciento de los comerciantes, debido a que el resto no pudo conseguir financiamiento para iniciar de nuevo. Y los que abrieron, refiere, resisten gracias a que algunos de sus proveedores aceptaron ampliar sus créditos, o porque lograron adquirir prestamos de financieras, pero ahora las deudas los ahogan, tienen mucha presión porque la economía en Tula no se recupera.

Respecto a los créditos que 26 de sus agremiados solicitaron al IHCE, que van delos 10 a los 50 mil pesos, Patricia Badillo dijo que no les han depositado nada, aseguró que se han comunicado con los responsables del programa y la respuesta que les han dado es, “no hay dinero”, por lo que criticó que les hayan obligado el 22 de diciembre del 2021 a firmar pagarés por el préstamo, cuando aún no tenía el dinero el gobierno.

“Les hubieran dicho, a lo mejor se los van dar. Pero no es seguro. Y no hubieran firmado. Porque ellos firmaron por la desesperación y las ganas de tener el dinero. Y estamos esperando”, comentó la líder del tianguis, quien agregó que la situación entre los tianguistas es crítica, pues en las últimas semanas han tenido pocos clientes y los comerciantes mejor optan por cerrar.

“Por eso se ve triste. Es una desilusión. En diciembre se levantó un poquito y con las dos semanas de clases que hubo había gente en las calles. Pero se cansa uno más de estar esperando la venta, que de vender. Todos aquí estamos endeudadísimos, entonces nada más estamos pensando cómo vamos a pagar. Ese cansancio emocional nos acaba” comentó.

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