La cascarilla del café, también conocida como “espumilla”, en los últimos años, ha sido comercializada, durante el ciclo de la cosecha.
Al respecto, José Juan Velasco, director de Desarrollo de Desarrollo Rural del ayuntamiento de San Bartolo Tutotepec, expresó que este material que anteriormente se tiraba y se convertía en basura, puede tener diferentes usos, ya sean como composta, en la jardinería y en la misma agricultura como abono e incluso en el ámbito de las ciencias y tecnología, se estudia la posibilidad de que sirva también como combustible.
El entrevistado agregó que no hay un precio general, ya que los cosecheros hacen sus tratos en forma particular, sin embargo, este tipo de comercialización puede representar ganancias extras.
Agregó que una buena política encaminada a reciclar los materiales orgánicos reduce la contaminación y fomenta la producción, reconstruyendo la estructura de la tierra y devolviendo a la naturaleza los nutrientes que la actividad del hombre ha tomado prestados previamente.
En contraste, en los municipios cafetaleros de la Sierra Otomí-Tepehua, como Huehuetla, San Bartolo Tutotepec y algunas regiones de Acaxochitlán y Agua Blanca, hay productores que incluso regalan la cascarilla, sin sacarle provecho
Se dice que una vez seca, puede generar un foco de infección si se mantiene a campo abierto, de ahí la importancia de venderla o darle un buen uso.