TULA DE ALLENDE, Hgo.- Si alguien vivió de cerca el horror delas acciones que desplegó el comando armado que asaltó el 1 de diciembre el Cereso de Tula, para liberar a nueve reos, fueron tres personas que estaban cerca del lugar, que se ubica a escasos 20 metros del sitio donde fue detonado el primer coche-bomba.
El vehículo, un auto compacto, fue colocado por el grupo delincuencial, en el acotamiento de la carretera Tula-Tepeji, ala altura del Kilómetro 1.5, enfrente del Hospital General Tula-Tepeji.
Fue detonado, según reportes policiacos, a las 4 horas, presumen las autoridades como un distractor, para facilitar el ataque al centro penitenciario del comando armado y la huida de los reos y sus rescatadores.
Las mujeres que fueron testigos pidieron omitir sus identidades.
Afirmaron haber vivido terribles momentos, ya que al explotar el automotor, el edificio se cimbró reventando los vidrios y el estruendo que hizo, aunado al incendio que se registró, desató el pánico.
Narraron que ninguna resultó lesionada, pero entraron en crisis y que la angustia aumentó porque la explosión y posterior incendio de los despojos del auto alcanzaron los cables de la luz que comenzaron a hacer corto y finalmente la energía se suspendió.
Compartieron que a partir de ahí en adelante se generó un caos, porque el personal del hospital y los familiares delos internos comenzaron a entrar y salir, y luego en las horas posteriores se registró gran movimiento de bomberos y patrullas.
También te puede interesar: Han reaprehendido a tres reos fugados
Las entrevistadas coinciden en que en el momento de la explosión no había personas pernoctando en la acera, y al parecer nadie salió lesionado por la explosión, aunque diversas autopartes, algunas de grandes dimensiones como la parrilla, salieron volando hasta la entrada del hospital y frente a la farmacia.