Para quienes transitan todos los días en la Central de Abastos de Tulancingo, este punto de compra-venta, registra además de caos vial por parte de los clientes, así como camiones llenos de mercancía que llegan a descargar, es riesgoso, derivado de que muchas veces los accesos se encuentran saturados.
Al respecto Fredy de la Cruz, secretario general de los Productores e Introductores de Frutas, Semillas, Abarrotes y Legumbres (PIFSAL) reconoció que es un problema de antaño y no ha podido resolverse.
“Hay quien no comprende que esta es una Central de Abastos al Mayoreo, pero hay gente que viene por uno o dos kilos en su auto e igual se mete así aunado a que hay bodegueros que venden kilos a las señoras que arriban al sitio”
Los locatarios hacen una extensión de sus bodegas, y no solo se colocan ellos a vender sus productos -independientemente de su negocio- sino que hay quienes ponen sobre banquetas y los accesos de caminar, varios objetos, que van desde cajas con productos para venta, hasta basura orgánica, principalmente.
Y aunque no se les puede negar a los clientes la adquisición, estimó que en un 40 por ciento de las 120 bodegas ofrecen sus productos no por mayoreo, sino a quien llegue.
Esta Central de Abastos, aunque está en Tulancingo dentro de la mancha urbana, han referido numerosas personas, debe normarse con el fin de dar un aspecto de limpieza y seguridad, pues este último renglón, es lo que más preocupa a los clientes del sitio, que opera todos los días.
Ante ello Fredy de la Cruz reconoció que es obsoleta y estorba, pero en ella hay fuentes de empleo aunado a que es la única en su tipo en Tulancingo y dijo “es más grande que la de Pachuca”, así que la única opción que se tiene es Jaltepec, pero se requieren 300 millones de pesos.