Luego de la inundación y anegaciones en Tula, quedó comprobado que la planta tratadora de aguas residuales de Atotonilco de Tula no tiene la capacidad para absorber excedentes con el objetivo de equilibrar los niveles en cuerpos líquidos, expresó el presidente de la Sociedad Hidalguense Ecologista, Marco Antonio Moreno Gaytán.
Señaló que la planta fue construida para coadyuvar al saneamiento de las aguas de drenaje provenientes del Valle de México, a través del Túnel Emisor Central (TEC), pero se ha visto rebasado debido a la posterior construcción del Túnel Emisor Oriente (TEO).
"Ya no tiene capacidad, desembocando en el río Tula y ya vimos lo que pasó", señaló el especialista.
Además de su falta de capacidad, también provoca problemas de salud a las personas que viven cerca de la planta, como son problemas estomacales, de garganta y en los ojos, debido a la falta de saneamiento constante, originando larvas, moscas, plagas de insectos, entre otros, señaló.
De acuerdo a la información de la página electrónica su construcción inició en 2009 e inició operaciones en 2017.
"Es la mayor planta de tratamiento de aguas residuales del mundo con una capacidad nominal de tratamiento medio de 35 y un máximo 50 metros cúbicos por segundo. Depura las aguas residuales de 12. 6 millones de habitantes".
En la misma, señala que la planta de tratamiento es parte del consorcio Aguas Tratadas del Valle de México, conformado por Grupo Carso, ICA y otras empresas nacionales y extranjeras. Este grupo operará la planta por 22 años.