En los campos agrícolas del Valle del Mezquital, comienzan a plantar o sembrar flores de Cempasúchil, la flor que tienen tonos amarillos o naranjas, y un olor que decora e inunda la conmemoración del Día de Muertos, cada finales e inicios del mes del mes de octubre y noviembre en los hogares, panteones, así como espacios públicos.
En la comunidad de Bangandhó, Ixmiquilpan, el agricultor Homero Biñuelo, cuida una huerta de esta flor de muerto, los irriga temporalmente, les arranca la maleza para que se desarrollen y estén listas para su venta dentro de menos de un mes.
El vocablo cempasúchil proviene del náhuatl “Cempohualxochitl”, palabra compuesta por cempohuali que es el número 20 y xochitl que significa flor, unidas ambas palabras son “flor de 20 pétalos”.
Los pétalos eran considerados como el sol para los antiguos mexicas. Por ello, adornaban sus tumbas con la creencia de que guardaban la tibieza del día y su aroma guiaba a los muertos.
Los campesinos creen que esta temporada les ira bien, porque este festejo, es parte de la cosmovisión de las comunidades indígenas, y en todos los hogares se festeja.
En cada hogar no puede faltar la flor de muerto amarilla, la cuales desojan para realizar caminos o sendas por donde la almas entraran a los hogares para degustar de los guisos, postres y bebidas que disfrutaron en vida.
Los campos del Valle del Mezquital, se comenzarán a colorear de este color amarillo, color que anuncia que las almas de los amigo y seres queridos ya se preparan para visitar el mundo terrenal.