En Semana Santa en el complejo ecoturístico Bosque de las Truchas, ubicado en Huasca, se tiene una afluencia significativa de visitantes y además de venta de trucha arcoíris, pero este año, en las más de tres décadas que lleva operando el lugar, ha sido el peor en cuanto a impacto económico, derivado de la pandemia por Covid-19.
Los productores piscícolas apenas venden unos 20 kilos a la semana cuando normalmente el promedio es de 200 kilos, es decir, el 10 por ciento. En tanto que, en la temporada de Cuaresma, hasta 200 toneladas, refiere en entrevista, uno de los productores del lugar, Omar García.
De los 52 estanques en el sitio, opera sólo la mitad de ellos. En cada uno debería haber mil 500 truchas arcoíris, pero hay entre 800 y 900 peces, que no solo nacen, crecen y se reproducen en el agua que llega del manantial y que debe mantenerse a 17 grados, explicó.
La contingencia, los llevó a una sobreproducción en este centro piscícola llamado San Miguel, conforme van creciendo, se tienen que ir separando así que la jornada desde hace seis meses, fue ardua; algunas carpas murieron porque requerían más oxígeno.
Detalló que una trucha está lista para comerse cuando cumplió 9 meses y en este lugar se venden por kilogramo en 130 pesos, ya sea para llevar o para que se cocine en alguno de los 22 restaurantes, ya sea frita, adobada, hawaiana, al mojo de ajo, a la mexicana, entre otras especialidades.
El semáforo epidemiológico naranja, indicó, les ha permitido que lleguen algunos visitantes sobre todo de estados circunvecinos como Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla y deben aplicarse los protocolos sanitarios.
Cómo los ejidatarios confían en que se reactive la economía de manera paulatina.
En tanto, el parque continúa abierto al público bajo estrictas normas sanitarias desde tomar la temperatura, uso de gel antibacterial, además de uso obligatorio de cubrebocas.
EL DATO
Huasca, el primer Pueblo Mágico de México posee numerosos atractivos turísticos entre los que destaca el Bosque de las Truchas