TLAXCOAPAN, Hgo.- “Durante el fin de año pasado no se incrementaron las ventas de ataúdes en la comunidad Doxey, por el contrario, es una temporada en que bajaron hasta un setenta por ciento a comparación de cuando estaba la pandemia a su máximo nivel hace casi dos años en que estuvieron altas las ventas pues se ofertaba hasta doscientos ataúdes por semana y ahorita se venden de 50 a 60 cajas mortuorias en mi taller”.
Así lo expresó, ayer, el productor de ataúdes, Marcelino Tamaturgo Moreno, quien agregó que cuando recién empezó la pandemia, en promedio el noventa por ciento eran difuntos que contrajeron el Covid-19 y el resto era por otro tipo de enfermedades.
Mencionó que en esta localidad de Tlaxcoapan, hay un aproximado de doscientos talleres de ataúdes que dan empleo a cientos de trabajadores y mantienen la derrama económica de este municipio en un aproximado del setenta por ciento y es considerada la comunidad semillero de fabricación de ataúdes para el centro de México y algunos habitantes exportan sus productos a Estados Unidos de Norteamérica y Guatemala.
El entrevistado dijo que desde el mes de noviembre del año pasado hay menor demanda del producto que fabrican trabajadores en su taller ubicado en la calle Nicolás Bravo de la comunidad Doxey, y el cual lleva a la Ciudad de México, Puebla, Oaxaca y Estado de México.
“Actualmente hay bajas ventas de ataúdes y no se sabe cuándo se componga esta situación que nos afecta económicamente a nosotros los fabricantes” mencionó Marcelino Tamaturgo.
A comparación de años anteriores a la actual pandemia provocada por el coronavirus, dijo, esta temporada del año era alta para los productores de ataúdes, sobre todo en los meses de diciembre, enero, febrero y marzo.
En cuanto a los costos de las cajas mortuorias, señaló el informante, siguen siendo los mismos, el ataúd más barato es de dos mil novecientos pesos y está hecho de MDF que es material con poca madera de pino y el más caro oscila en ocho mil quinientos pesos y está fabricado con madera de Banak que es de exportación.
“Voy a cumplir diez años realizando este noble oficio que me permite mantener a mi familia y de este taller dependen económicamente veinte trabajadores, que se desempeñan como carpinteros, pulidores, pintores, tapiceros y choferes, y son vecinos de Tlaxcoapan y municipios aledaños” indicó.
Mientras que el fabricante de ataúdes Guillermo Jiménez, dijo ayer que en su caso, disminuyeron sus ventas al cincuenta por ciento y ahora hay menor demanda de cajas mortuorias.
El informante precisó que tuvo que abaratar el costo de sus ataúdes y el más económico cuesta dos mil quinientos pesos y es fabricado con aglomerado y pino o triplay y pino y el más caro vale dieciocho mil pesos y es hecho con madera de cedro, caoba o madera fina.
Guillermo Jiménez finalizó diciendo que va depender mucho de la actual pandemia para que se componga la situación económica, además de la liberación de insumos de parte de los tres niveles de gobierno y entre las materias primas se encuentran maderas, químicos, acero y telas.