Hasta un 30 por ciento han aumentado los precios de los forrajes para alimentar al ganado en la región Tulancingo y temen campesinos, que lleguen los precios hasta un cincuenta por ciento más de los actuales.

Dijeron entrevistados que este año fue aun más preocupante por la escasez de lluvias lo que derivó en la falta de forraje para sus hatos ganaderos, sobre todo el bovino.

Aunado a que las heladas han estado “pegando duro al agro”, aseveró Enrique Santos, productor de la región quien explicó que las bajas temperaturas queman las semillas o hacen improductiva la Cuenca de la que forma parte el Valle de Tulancingo.

Quienes viven del campo, están preocupados pues deben alimentar a su ganado, pues deben invertir una buena cantidad de dinero.

Leo Cadena ejemplificó que la paca de alfalfa achicalada le cuesta 90 pesos, la de avena en 80 pesos (una paca de 30 kilos aproximadamente); el ensilado de maíz ya cocido entre los 1 mil 500 y 1 mil 700 pesos por tonelada. En tanto que el verde, recién molido para ensilar se adquiere entre los 700 y 950 pesos por tonelada”.

“Y eso alcanza para muy pocos días; hay que ir dosificando bien las cantidades, ante la poca producción que hay en la zona y la reventa del alimento, pues entonces la preocupación aumenta”, refirió.

Ante la escasez de forraje, tienen que ajustar el alimento de las vacas, sobre todo, que son de los ganados más caros que alimentar. Al disminuirles sus raciones, por ende, también baja la producción de la leche.

Algunos agricultores alcanzaron a guardar parte de sus cosechas, sin embargo, poco hubo derivado de la escasez de lluvias, comentaron, por lo que tienen en esta temporada de estiaje, que adquirir a intermediarios, quienes ofrecen el producto en sus unidades.

Llegan a surtir a los agricultores de esta región, de otras entidades como el Estado de México y Guanajuato, en tanto que la avena proviene de la zona del Altiplano y Valle del Mezquital.