Las presas con que cuenta el estado de Hidalgo en este momento se encuentran al 30.5 por ciento de su capacidad de almacenamiento, en parte como consecuencia de la pandemia de Covid-19, lo cual no es buen indicio para la agricultura, informó la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
La falta de agua, señaló, se atribuye al confinamiento de la gente en sus casas y porque las fábricas no esenciales dejaron de operar, es decir las descargas de aguas residuales domésticas e industriales varían a la baja, además porque apenas comienza la temporada de lluvias.
Informó que en los distritos de riego Del Valle del Mezquital, el 75 por ciento del agua que se ocupa proviene de derivación o alimentación directa de la fuente, es decir el Valle de México, por eso hay quejas por insuficiencia en el abasto.
El 25% restante de agua negra en los canales de riego, se complementa con lo que vierten las presas Taxhimay, Requena, Endhó, Vicente Aguirre y Rojo Gómez, y en la región de Tulancingo, La Esperanza.
La CONAGUA dio a conocer que las descargas residuales del Valle de México a través del Emisor Central (rebautizado como Emisor Oriente), y del río El Salto, por Ecatepec, llegan a las presas derivadoras La Esperanza, en Tulancingo, la Requena y Taxhimay, en Tepeji del Río y en los límites con el Estado de México.
La Endhó, en Tula, la Rojo Gómez y la Vicente Aguirre, en Chilcuautla y Alfajayucan, respectivamente, sistema que riega el Valle del Mezquital.
La dirección de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en Hidalgo, explicó que una vez llenas las presas, desfogan hacía canales que alimentan las zonas de riego.
Indicó que La Endhó capta aguas del Valle de México, y llena desfoga a las presas Rojo Gómez y Vicente Aguirre, que son sistemas interconectados de arriba hacia abajo.
Finalmente, informó que Las presas Taxhimay y Requena, que se llenan con agua de su propia cuenca, iniciaron el año agrícola el primero de octubre de 2019, es decir ciclo otoño-invierno, con cerca del 50% de almacenamiento.