TLAHUELILPAN, Hgo.- Aunque ya transcurrieron dos largos años desde que ocurrió la terrible tragedia donde perdieron la vida 137 personas durante el incendio en un ducto de gasolina de Petróleos Mexicanos (Pemex), en la comunidad San Primitivo, el dolor aún persiste entre habitantes de esta región.
En el sitio denominado zona cero, que se localiza en el área limítrofe de los municipios de Tlahuelilpan y Tlaxcoapan, el ambiente actualmente es desolador.
Sobre la obra del memorial en honor a las víctimas que dejó el incendio, aún no se ha hecho nada hasta el momento.
El olor a muerte todavía huele entre cruces de madera y metal, y capillas que hay alrededor de una periferia aproximada a un kilómetro.
En la llamada zona cero, se recuerdan a los infantes, mujeres y hombres, nativos de esta región, que perecieron en el fuego que los envolvió sorpresivamente aquella trágica noche del 18 de enero del año 2019.
Algunas capillas y cruces, aún tienen plasmados los nombres de las víctimas. Otras más ya no, pues el paso del tiempo, el medio ambiente e intemperie los han borrado parcial e irremediablemente.
La yerba seca por recientes heladas y alfalfa en tierras de cultivo cercanas al sitio, todavía hacen más desolador el paisaje natural que impera.
Alguien colocó una bandera de México en el espacio donde quedaron las primeras cruces, pero después la tela de la que está hecha quedo derruida parcialmente.
Ya casi nadie viene a este lugar, durante estos días.
Solo esporádicamente llegan deudos de algunas de las víctimas del siniestro y acuden al lugar para recordar a sus seres queridos.
Antes de limpiar el lugar y llevar flores como girasoles amarillos y rosas rojas, los familiares de las personas fallecidas, se dan tiempo de hacer una oración en silencio en honor a ellas. Piden, entre lágrimas, a Dios y la Virgen de Guadalupe por su eterno descanso en paz.