Este viernes 29 de septiembre se celebra en la Iglesia Católica el llamado Día de los Arcángeles, fecha en que se rinde culto y fiesta a los santos arcángeles que aparecen en la Biblia como emisarios o mensajeros de Cristo: San Miguel, San Gabriel y San Rafael.
"Encomendémonos hoy a los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, para que nos protejan en la lucha contra las seducciones del diablo, nos ayuden a llevar la Buena Noticia y nos tomen de la mano en el camino de la vida para que podamos cooperar en el plan de salvación de Dios", escribió el año pasado el Papa Francisco desde su página personal de X, antes Twitter.
"Hoy celebramos el día de tres de estos arcángeles porque han tenido un papel importante en la historia de la salvación. Y conmemoramos a estos tres porque también tienen un papel importante en nuestro camino hacia la salvación", mencionó anteriormente el Papa Francisco sobre la fiesta de los arcángeles.
San Miguel Arcángel
Es así que iniciamos con el más importante de todos, dadas sus misiones conferidas por Dios y de las cuales se da testimonio en la Palabra, es sin duda San Miguel Arcángel, quien además es el aliado al mando de los ejércitos celestiales.
Su nombre "evoca la omnipotencia de Dios, así como su amor y justicia infinitas", según explica el Vaticano. Es fácil reconocerse porque se representa como un ángel peleando contra Satanás (su némesis personal) y por lo general aparece sometiéndole con una lanza.
San Rafael Arcángel
Le sigue San Rafael, cuyo nombre significa "medicina de Dios" y se le reconoce por ser aliado de peregrinos, caminantes y aventureros. Además, suele ligarse con la labor galena, pues adjudica el papel de médico para curar a quienes padecen alguna enfermedad.
San Gabriel Arcángel
Finalmente, San Gabriel también es de suma importancia para el catolicismo, pues fue a él a quien Dios le encargó la misión de anunciar la llegada de su hijo Jesucristo.
Aquel que derrocará al Anticristo, San Miguel Arcángel
Existe un mito católico que cuenta cómo será San Miguel Arcángel quien termine con la vida del llamado Anticristo, manifestación corpórea de la entidad que se opondrá a Jesús convirtiéndose en su némesis y engañando a fieles a su paso, haciéndoles creer que en realidad es el Mesías para eventualmente arrastrar a la humanidad a la perdición.
En ese sentido, la leyenda marca que tal hazaña la conseguirá Miguel en un lugar donde anteriormente Jesús hizo un prodigio, según contó El Beato Santiago de la Vorágine (1230-1298) en su libro “Leyenda Dorada” o “Leyenda Áurea”. Aquí, también el Beato relata que el Anticristo fingirá su muerte y "resucitará" al tercer día, para reforzar la idea de que él es el nuevo Mesías.
"Y con la ayuda de sus artes mágicas y la que le presten los demonios se elevará en el aire. De esta manera el anticristo conseguirá ser adorado por multitudes (...) Luego se irá al Monte de los Olivos, en el preciso lugar donde Cristo subió al Cielo, y ahí “montará su tienda”. El anticristo se sentará en un trono, pero “llegará Miguel y le matará”, cuenta el también obispo.
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