El pachuqueño parque Luis Pasteur requiere una repoblación de árboles, y es el reflejo de que a la capital le hacen falta áreas verdes para que mejore la calidad de aire y un mejor ambiente, no nos falta oxígeno gracias a que estamos rodeados de bosque, señaló la ingeniera agrónoma, Verónica Vega.
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Ella promovió una actividad de reforestación el fin de semana en el cerro de Los Picos, en Zempoala, en ese sentido llamó a que no deben retirarse la hojarasca de los parques y jardines, tampoco cuando cortan el pasto de la casa, todo sirve para aportar nutrientes al suelo, y sembrar árboles atrae la lluvia.
Para quien se desempeña como consultora de proyectos ecológicos, denominó como regeneración ambiental a que la gente plante árboles propios de la zona, pero no como acostumbran las autoridades, ya que el 90 por ciento de esos mueren, ella planteó que a lado de ese árbol haya plantas que contribuyen a su crecimiento.
“Consiste en usar los principios de la agricultura sintrópica, que son cuatro: sucesión natural, estratificación, la diversidad y la densidad” y que puede ser en cualquier lugar, incluso la casa, apuntó.
Muy importante, dijo, dejar que todas las hojas que caen en el terreno para que se pudran y vuelvan a ser alimento, “y los jardineros que barren todo, lo que están haciendo es deshidratar más lo que está seco y es bueno dejar el acolchado (lo que retiro de plantas y árboles o al podar el pasto)”.
Un ejemplo de cómo afecta esa simple acción estética, es en el Río de las Avenidas donde recientemente acudieron a retirarlas y hoy se está secando, acusó.
“Si vas a sembrar un árbol, no lo vas a dejar así como se hacen las reforestaciones que se hacen, el 90 por ciento de los árboles se mueren porque lo dejaste solo, entonces tienes que ponerle quien lo críe: una ‘mamá’, un árbol de rápido crecimiento junto con una planta igual de rápido crecimiento y que le ayude a absorber agua.
“En esta zona sirven los nopales, la sábila, por ejemplo, también en superficies más extensas se colocan semillas (habas, fríjoles, girasoles, flores, caléndulas) que van perforando la tierra para fertilizarla y a una distancia del árbol, se va alimentando la tierra”, explicó.
La higuerilla es muy útil, “es una planta que crece en los terrenos baldíos, en el Río de las Avenidas, que crece muy rápido y monstruosamente, y esa característica es la que nos interesa para poder criar a los árboles”.
Es un pensamiento humano erróneo que por plantar cerca de los árboles, lo que enlistó, le va restar agua y nutrientes, describió, “pero la naturaleza coopera y la higuerilla va a contribuir, crece, extrae muchísimos nutrientes del subsuelo, cuando ya está muy grande y semille, se poda drásticamente, y toda esa biomasa va ser el alimento del arbolito que está junto a ella”.
Por eso la importancia y responsabilidad de los humanos para el manejo de esta regeneración ambiental, la higuerilla se puede podar dos veces al año y seguirá alimentando dos años al árbol, y en ese tiempo hizo su función el haba, el frijol, “cada una de éstas hace un suelo fértil cada vez”.