TULA DE ALLENDE, Hgo.- La red de Monitoreo de la Ciudad de México registra que de los eventos de alta concentración de dióxido de azufre, el 18% tienen su origen en la región Tula, mientras que el Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (Proaire) del Valle de México, señaló en marzo de 2022 que la refinería de Tula es una de las principales fuentes contaminantes, lo que algunos atribuyen a su antigüedad, pues desde 2013 disminuyó su producción que hoy está en 45 por ciento.
Respecto a los contaminantes que emite a la atmosfera la refinería Miguel Hidalgo, Marco Antonio Gaytán, miembro de la Sociedad Ecologista Hidalguense (SEHI), señaló que no se conocen con certeza porque Pemex, en los últimos cuatro años, decidió no hacer pública mucha de su información referente a las emisiones contaminantes, argumentando que es un asunto de Seguridad Nacional.
“Sin embargo es una de las industrias más contaminantes de la región Tula; que producen dióxido de azufre, dióxido de carbono, partículas menores a 2.5 micrones”, lo que es generado, asegura, por lo obsoleto de su infraestructura, ya que el proyecto de construir una coquizadora está inconcluso.
Agregó que la falta de mantenimiento fue denuncida hace un mes por su gerente, quien fue despedido. A esto se suma el compromiso que México hizo para reducir en 2030 en 50 por ciento las emisiones de partículas contaminantes, rango del que en “2021 solo había cumplido en uno por ciento. Lo que indica que en Tula no se ha logrado esta reducción”.
Por su parte, Jorge Tadeo Vargas, del Observatorio de Emergencias Socio-Ecológicas (ODESE), coincidió en que hay pocos estudios, ya que básicamente se cuenta con lo que presenta la Refinería en el Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC), pero como se trata de un informe que se presenta de manera voluntaria, desde hace dos años no lo entrega.
Además, dijo que son datos poco confiables, ya que según un reporte presentado en el 2020 por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), en la refinería de Tula se colocaron mal los equipos que miden las emisiones a la atmósfera y entonces muchas de las sustancias que son muy tóxicas como el plomo, óxidos y azufres, no son medidas o se miden mal.
La contaminación en esta refinería, comentó, la generan una serie de factores sistémicos relacionados con la tecnología que usan, pero también con todo el proceso de producción, pues lo residuos quedan en algún lugar, “porque no pueden desaparecerse”.
La refinería Miguel Hidalgo comenzó a operar en 1976, hace 46 años; tiene una capacidad instalada para procesar 315 mil barriles diarios de petróleo (BDP) en 33 plantas para refinación y procesos, y emplea a tres mil 985 trabajadores de planta y casi 3 mil transitorios. Sin embargo, durante los últimos años ha experimentando una reducción en su producción y hoy procesa apenas 145 mil BDP.
Según datos de la empresa productiva del estado, en 2013 el volúmen de procesamiento de petróleo crudo era del 76 por ciento de su capacidad; para 2017 bajó a 47 por ciento; en 2018 a 40 por ciento; en junio de 2020 a 36 por ciento y desde hace tres años en promedio produce al 45 por ciento.
En 2013, cuando vio disminuida su producción la refinería de Tula, Pemex planteó su reconversión e inicio con el proyecto “Aprovechamiento de residuales” en Tula. El proyecto consistía en la construcción de nueve plantas entre ellas una planta de coquización retardada para incrementar el proceso de crudo de 315 a 340 MBD y tener mayor rendimiento de gasolinas y destilados.
En 2014 con una inversión de mil cuatro millones de dólares Pemex inicio la construcción de la coquizadora que suspendió en 2016 y según el reporte de PEMEX a diciembre del 2018 ésta presentaba un avance del 62 por ciento.
El presidente Andrés Manuel López Obrador reactivó el proyecto para evitar que los recursos invertidos se perdieran y en mayo del 2021 anunció la inversión de dos mil quinientos millones de dólares para terminarla, y posteriormente el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, ajustó la cifra a 2 mil 640 millones. En mayo de este año se informó que estará terminada a finales del 2023.
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Comparativamente, la refinería Olmeca que Pemex construye en el puerto de Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco, y que funcionará con tecnología de punta, tendrá capacidad de recibir hasta 340 mil barriles por día de petróleo crudo pesado de 22 grados y con sólo 17 plantas de proceso, llegará a producir 110 mil barriles diarios de gasolinas puras, con bajas emisiones contaminantes.
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