El Viernes de Dolores se celebra antes del Domingo de Ramos, justamente una semana antes del Viernes Santo, en este día, la iglesia católica recuerda los siete episodios difíciles en la vida de la madre de Dios y algunos feligreses colocan el Altar de Dolores para consolar y acompañar a la Virgen María.

Los dolores se centran en los pasajes bíblicos que narran los momentos complicados que pasó la Virgen María; primero, se cumplió la profecía que hizo Simeón sobre el dolor que viviría por Jesús, posteriormente, huyó a Egipto con Jesús para evadir a Herodes, quien quería matarlo y a la edad de 12 años, Jesús se extravió en el templo, angustiando a sus padres.

Asimismo, María se encontró con Jesús rumbo al Calvario, donde iba a ser sacrificado y aunque sabía que era parte de su misión, sufrió por la situación, de igual modo, presenció la muerte de Jesús en la Cruz; recibió el cuerpo de su hijo bajado de la Cruz y lo colocó en el Sepulcro.

En la antigüedad, la advocación dolorosa de la Virgen tenía dos fechas establecidas en el calendario litúrgico: el Viernes de Dolores y el 15 de septiembre; a pesar de que en 1969, el Papa Paulo VI eliminó el Viernes, algunos feligreses continúan celebrando ambas fechas.

El Altar de Dolores colocado en honor a estos pasajes, contiene ciertos elementos que llevan en su imagen central a la Virgen María; flores como símbolo de belleza; agua de sabores que representan pureza, esperanza y la sangre de Cristo; semillas germinadas de trigo, chía y cebada simbolizando la vida nueva; naranjas con estandartes en tonalidad anaranjada, que son estandartes de Gloria; uvas como Sangre de Cristo que redime los pecados y corazón con siete espadas que puede ser hecho de cualquier material, entre otras cosas.