Recuerdan enseñanzas de Santa Teresita del Niño Jesús 

Es considerada Patrona de las Misiones y tiene el título de Doctora de la Iglesia

Blanca Soriano

  · lunes 2 de octubre de 2023

Entró al monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux siendo muy joven / Blanca Gutiérrez

Cada primero de octubre, la iglesia católica celebra a Santa Teresita del Niño Jesús, considerada patrona de las misiones de la iglesia católica desde 1927, esta carmelita descalza se convirtió en monja desde los 15 años y sin salir del convento fue misionera, por lo que se recordaron algunas de sus enseñanzas para servir a los demás con amor y agradar a Dios.

María Francisca Teresa Martin Guérin, nombre real de Teresita, nació el 2 de enero de 1873 en Normandía Francia, murió el 30 de septiembre de 1897 en Lisieux, sus restos se encuentran en el cementerio de la misma localidad y a pesar de que solo vivió solo 24 años, su historia es uno de los testimonios de vida más reconocidos por la iglesia católica.

Esta religiosa, siguiendo los pasos de sus hermanas, María y Paulina, pidió a su padre ingresar al Convento de las Carmelitas en Luxcious y a pesar de ser muy joven, la petición le fue concedida, por lo que desde los 15 años empezó su vida religiosa dentro del recinto en donde al paso de los años enseñó con el ejemplo que el único camino para llegar a Dios era teniendo sencillez en el alma.

De acuerdo a información difundida por la revista Desde la Fe, Santa Teresita siempre tuvo detalles de amor con los que la rodeaban, por lo que decía, “Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra”, y siempre trató de servir a los demás con amor y perfección, viendo en ellos a Jesús, por lo que a pesar que nunca salió de dicho convento, fue catalogada como un gran misionera.

Asimismo, esta Santa, enseñó a tener paciencia con los semejantes y ante las dificultades de la vida, lo que predicó con el ejemplo al serle diagnosticada una tuberculosis, la cual aceptó y supo sobrellevar con dignidad y optimismo hasta el día de su muerte en 1897, no sin antes externar que “haría caer una lluvia de rosas después de su muerte”, es decir, una lluvia de bendiciones hacia todos aquellos que la invocaran y amaran a Dios, situación por la que su imagen es representada como una monja carmelita, que sostiene un crucifijo y rosas en los brazos.

La religiosa fue beatificada por Pío XI el 29 de abril de 1923 y el 17 de mayo de 1925 fue canonizada por el mismo Pontífice, además, un año después de su muerte se publicó el libro ‘Historia de una alma’, basado en escritos que revelan el amor que profesaba por Jesús.