Desde muy temprana hora, decenas de personas se dieron cita en los vestigios arqueológicos de Huapalcalco para participar en el décimo séptimo equinoccio para la celebración de la entrada de primavera.
En esta ceremonia de la renovación de la vida, colocaron una ofrenda monumental de fruta con símbolos prehispánicos dedicada a Quetzalcóatl, símbolo del agua, frente al marcador del tiempo que está alineado con la pirámide que lleva a la luna.
Las personas que llegaron al sitio arqueológico, previamente se unieron al ritual religioso ancestral de uso de sahumerios para limpiar las energías.
Posteriormente, a las 9:33 horas dio inicio la entrada del equinoccio, durante la ceremonia se formaron los cuatro puntos cardinales y giraron conforme a las manecillas del reloj, levantaron las manos al cielo para recargarse de energía y para dar gracias a la tierra para alistarse a la renovación.
Luego de dos años de no realizarse este equinoccio debido a la pandemia por Covid-19, pese a la premura se logró una asistencia concurrida, informó, María de Jesús Villegas organizadora e integrante de Enlace Ciudadano de Mujeres Indígenas In Yolotl San Ana Tzacuala AC.
Al lugar arribaron personas de Metepec, Santa Ana Tzacuala de Acaxochitlán, México, Pachuca y del estado de Pueblo.
Las actividades continuarán el resto del día hasta las 16:00 horas, donde habrá danzas, cantos, recorridos a los vestigios para concluir con la danza de los Xochimapales o mejor conocida como la danza de la amistad.
Mari Villegas, destacó que es la primera vez de 17 años, que la entrada del equinoccio es temprano, “hoy especial, porque a parte es un día donde se renueva la vida como cada año, nos tocó un equinoccio temprano con toda la gente para que nuestra tierra florezca”.
Reconoció el apoyo de los gobiernos municipales de Tulancingo y Metepec, así como del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes dieron el permiso para la realización, y quienes estuvieron presentes en la supervisión de actividades.