¿Qué zonas arqueológicas están en Hidalgo? Los cuatro sitios para conocer el pasado prehispánico

Se trata de arquitectura y pintura rupestre en cuatro municipios.

Martha Sáenz

  · martes 4 de abril de 2023

En Hidalgo existen diferentes sitios para conocer las pinturas rupestres en cuevas y paredes de roca. / Archivo: OEM

Hidalgo ofrece una extensa gama de destinos turísticos para vacacionar esta Semana Santa 2023, desde destinos ecoturísticos, pueblos mágicos, gastronomía, religión y tradiciones hasta una ruta histórica que podría llevar un buen número de días recorrer. En el caso de asentamientos precolombinos, la entidad cuenta con cuatro sitios en que los vestigios y estructuras arquitectónicas se convierten en una interesante opción turística.

¿Cuáles son las zonas arqueológicas en Hidalgo?

Los civilizaciones prehispánicas dejaron su herencia arquitectónica asentada en cuatro municipios hidalguenses, que son Tula, Tulancingo, Tecozautla y Tepeapulco; sin embargo, también existen pinturas rupestres que aunque no cuentan con tanta difusión sí son populares al interior de los municipios, tal es el caso de El Arenal, San Agustín Metzquititlán, Ixmiquilpan, Huasca, entre otros. En el caso de las zonas arqueológicas son:


1) Los Atlantes de Tula:

En Tula se alojan los Atlantes desde el Periodo Posclásico Temprano, que abarcó entre los años 900 y 1200 d.C., sobre la Pirámide B; las cuatro esculturas de tamaño colosal son parte de circuito en el que también se ubica el Palacio Quemado, dos canchas de juego de pelota, un Chac-mool hidalguense y una plaza con un adoratorio.

La cultura tolteca dejó en Hidalgo un importante centro religioso a unos 50 minutos de Pachuca, además de ubicarse dentro de la ciudad de Tula de Allende que ofrece una amplia gama de comercios para comer al salir de la zona arqueológica.


2) Huapalcalco en Tulancingo

Una segunda opción para visitar esta Semana Santa está en Tulancingo, se trata del centro arqueológico que consiste en un basamento cuadrangular con escalinata que, conforme a los estudios fue donde "el joven guerrero y artista Ce Acatl Topiltzin construyó aquí su Huapalcalli (casa de madera) adornada con incrustaciones de turquesas, conchas y caracoles. Era hijo de Mixcoatl y estaba predestinado a ser jefe y sacerdote del pueblo tolteca. En Huapalcalco inició la afición por el arte y junto con su pueblo se trasladó a la gran Tollán donde, según la leyenda, se convirtió en el Dios Quetzalcoatl. Conocer Huapalcalco es acercarse al origen de Tula".

Esta opción se encuentra al interior de Tulancingo de Bravo donde también podrás visitar el Museo del Santo, la catedra que se ubica en el centro del municipio y que data de 1528, así como disfrutar de una amplia gama gastronómica y también del Museo del Ferrocarril.

3) Pahñú en Tecozautla

Un sitio arqueológico más se ubica en La Mesilla de Tecozautla, se llama Pahñú y se considera clave para comprender los orígenes de los otomíes; forma parte de la cultura xajay que existió del 450 al 950 d.C.; y, el estilo de su arquitectura difiere del teotihuacano que hace pensar en que son vestigios de una población independiente a la civilización que estuvo presente en Tula.

En este mismo municipio también puedes recorrer una impresionante muestra de pinturas rupestres con diferentes figuras como venados, serpientes, hombres, astros y soles en el Cerro de la Mesa; para continuar el viaje en Tecozautla se puede optar por alguno de los balnearios o recorrer el centro o sus calles que cuentan con arquitectura de diferentes épocas históricas que lo hacen digno de ser un Pueblo Mágico, además de su iglesia existen una gran oferta de artesanías y gastronomía.

Uno de los municipios cercanos a Tecozaulta es Huichapan, en donde también existen pinturas rupestres en el Boyé, los antiguos habitantes plasmaron en la pared rocosa figuras humanas, animales, estrellas, sol, plantas y, con el detalle de que el único color que utilizaron fue el blanco.


4) Xihuingo en Tepeapulco

La cuarta zona arqueológica hidalguense es Xihuingo que aloja a la pirámide Tecolote que fue un centro ceremonial y en el que alrededor abundan petrograbados sobre la vida cotidiana de la antigua civilización que vivió en el lugar. Se considera que la edificación proviene de entre los años 300 y 750 d.C.; además de que este sitio se suele asociar con el Cerro de las Navajas, lugar del que Teotihuacán extraía la obsidiana.

Al sureste de la zona se ubica el Cerro de las Tres Peñas donde podrás apreciar pinturas rupestres de color rojo y, también visitar la Peña del Tecolote que forma parte de la zona donde estuvieron presentes las antiguas civilizaciones. Al finalizar podrías recorrer la casa de Hernán Cortés, la Hacienda San Jerónimo o la Laguna de Tecocomulco, además de conocer el centro del municipio.