Con poca agua e inversión la producción de tuna puede comprar convertirse en un cultivo alternativo en las zonas de Hidalgo donde no llueve desde hace dos años debido a los efectos del cambio climático, afirmó el investigador de tiempo completo del Departamento de Agroindustrias de la Universidad Autónoma de Chapingo, el hidalguense Filogonio Jesús Hernández Guzmán.
Las cactáceas: nopales, magueyes y sábila son cultivos alternativos para lugares con lluvias fuera de temporada, ya que almacenan el agua en sus células y la liberan gradualmente, explicó.
Como ejemplo un órgano en el desierto de Sonora de 100 kilos puede duplicar su peso después de una precipitación pluvial.
Las lluvias de diciembre y las de febrero o marzo o abril con granizadas, contribuyen a que la siembra de nopales produzca tunas, de la variedad manzana, se produce para exportación a Estados Unidos y si certifican los cultivos libres de agroquímicos pueden venderlas a Japón, Alemania e Inglaterra, resaltó.
Aquellas tierras hidalguenses que han sufrido la sequía de 2021 y 2022, está es una opción ya que “no es costosa la inversión” para los nutrientes químicos y dos trabajadores, ya que el control de la plaga se usa jabón biodegradable o insecticida, pero éste último afecta a las abejas que polinizan a las tunas, de ahí que está desarrollando una investigación en un campo experimental para usar una bacteria que solo afecta al azote de la grana cochinilla.
El hecho de usar menos agroquímicos puede producir tuna manzana que se exportaría a países más exigentes como Alemania, Inglaterra, Japón, que certifican los productos y se van sellados hasta dichos países, comentó.
Mientras el nopal requiere de 250 milímetros de lluvias, el maíz supera los 300 y no almacena humedad o agua, como sí el maguey y el nopal o la sábila.