En breve, un total de 82 cuerpos de varones, 18 de mujeres, 23 fetos o productos en término, y seis segmentos corporales; en total 129 cuerpos que están en calidad de desconocidos, serán trasladados al Centro de Identificación Humana de la Procuraduría de Justicia, mismo que tiene finalidad de albergar de manera provisional los restos mortales de quienes fallecieron y que por alguna razón no han sido identificados.
En entrevista, el titular de la Procuraduría de Justicia, Raúl Arroyo, en lo que serán las instalaciones del Depósito de Identificación, mal nombrado Panteón Forense, explicó que permite dos vías de trabajo: una la conservación digna e higiénica de los cuerpos, técnicamente sustentable y la creación de una plataforma de información que a futuro sirva para identificar los cuerpos y entregarlos a los familiares.
Precisó que la construcción del depósito en un predio del gobierno ubicado en San Agustín Tlaxiaca, es resultado de la atención a un problema que estuvo fuera de la agenda pública: La desaparición de personas. Aquí, insistió en que la idea no es que sea un panteón, porque “no queremos que sea el destino final, queremos que alguien los encuentre, por eso están depositados”.
En sus palabras, el Depósito de Identificación no se compara en lo más mínimo con lo que anteriormente se conoció como el anfiteatro, la morgue o la fosa común, hay puntos grandes de diferencia, por ejemplo, la seguridad jurídica, física, la sensibilidad y dignidad con que son tratados los cuerpos inertes.