Por la “bendita enfermedad se nos acabó el trabajo”

Verónica Angeles

  · miércoles 19 de mayo de 2021

La vacuna representa una esperanza para muchas personas, de recuperar su empleo, su economía. / Wendy Lazcano

De trabajar la mayor parte de sus 50 años en talleres de costura, hace un año Alma Delia, una vecina de la colonia El Arbolito, sin desearlo ni buscarlo, tuvo que cambiar la máquina de coser, la tela y el hilo, por las actividades de la casa, ello porque derivado de pandemia la empresa para la que trabajaba tuvo que bajar sus cortinas.

En entrevista para El Sol de Hidalgo, en la sede de vacunación de la Escuela Secundaria General número seis, Alma Delia comparte que además del encierro, la pandemia castigó su economía, porque el taller de costura donde trabajaba, simplemente cerró.

“La pandemia impactó en la economía porque yo trabajaba en un taller de costura y pues gracias a esta bendita enfermedad, se nos acabó el trabajo”, expresó.

“Todo lo que va la pandemia, no he trabajado, se me acabó mi trabajo, no he trabajado, esperamos que ya con esto se abran los talleres”, agregó.

El punto estuvo en que en la Ciudad de México cerraron varias fábricas que dejaron de enviar trabajo al taller de costura en el que Alma Delia trabajaba, en consecuencia, la empresa tuvo menos ingresos hasta llegar a la determinación de cerrar por completo.

“En el taller llevaba dos años, pero se acabó el trabajo, y cerró el taller, porque varias fábricas de México cerraron y ya no nos llegó maquila”, señaló.

A casi un año de distancia que dejó los talleres de costura se dedica al hogar, pero este martes dejó de hacer el desayuno de sus hijos para formarse temprano en la fila “y alcanzar un buen lugar y así salir temprano”.

Respecto a la vacuna, comentó “como personas adultas tenemos más libertad de salir, estábamos encerradas, ni asomarnos a la calle y peor porque somos personas vulnerables porque somos diabéticas”, refiriéndose a su hermana con las que juntas acudieron a aplicarse la vacuna.

Finalmente, comparte su gusto y alegría por haber sido vacunada y que la enfermedad represente un riesgo menos “La verdad si me da gusto, más tranquila, más a gusto, ya no está uno con la zozobra”.

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