Las Plantas Tratadoras de Aguas (PTA) residuales representan para un gobierno un gasto constante y no una inversión que contribuye a su aprovechamiento, por eso están abandonadas no solo en Hidalgo sino en el resto del país, opinó el presidente de la Asociación Mexicana de Hidráulica Sección Hidalgo, Rubén Pérez Ángeles.
“Lamentablemente los municipios ven a las PTA como una carga económica, porque hay que invertir en energía eléctrica, invertir en químicos para poder tratar el agua, hay que invertir en el técnico o el operador y/ o personal que sepa cómo manejar y mantener la planta en condiciones de operación”, enlistó el de profesión Ingeniero Civil.
Ese conjunto que él llama inversiones para volverle a dar otro uso a ese líquido que en caso contrario contamina, las autoridades lo ven como un gasto.
“Si te fijas son toda una serie de gastos que tienen que salir de algún lado, entonces es la parte que impacta o que genera que no sea de interés importante las PTA. Es una obligación y desgraciadamente lo ven como una carga.
“En una economía circular tener agua tratada te permite reutilizarla, darle un mejor manejo, aparte de cumplir las normas ecológicas. Entonces es un círculo vicioso, que las plantas de tratamiento en la mayor parte del país, se vea como un tema de inversión infructuosa”, agregó.
Lo que se traduce en que los municipios o gobiernos no destinan recursos para su creación y operación, señaló.
“Qué hacen, no le invierten porque es estarle metiendo y metiendo (dinero) y no ven una retribución económica inmediata o un beneficio económico que se refleje en la ciudadanía, de ahí que no operen tantas PTA y por eso sigue siendo un número negativo en el tema del impacto sobre el tratamiento de las aguas.
“Porque es una obligación donde se fuerza a los estados o municipios a cumplir, pero con la consideración de que no le van a poder sacar beneficio porque no han sabido capitalizar esa parte”, consideró.