Los efectos negativos de la escasez de agua de lluvia, sequía, disponibilidad de agua en los mantos freáticos, el desperdicio de este recurso natural (el 20 por ciento se consume y el 80 por ciento se “tira”) se “podría revertir” si el gobierno estatal, municipales y el Congreso local establecen lineamientos para cambiar el uso y manejo del agua, exhortó el presidente de la Asociación Mexicana de Hidráulica Sección Hidalgo, Rubén Pérez Ángeles.
Se deben hacer adecuaciones legislativas con carácter de “obligatorias”, como no pasó con la más reciente a la Ley del agua, en la que dejan a criterio de los constructores incluir en obras industriales o inmobiliarias drenajes pluviales y pozos de infiltración, señaló.
También dijo que, es erróneo que “un municipio es dueño de su agua” porque los acuíferos por su conformación natural no respetan divisiones políticas, por lo que resultan estériles las defensas al vital líquido como sucede en el Pachuca-Cuautitlán, pues el segundo municipio, del Estado de México aprovecha más el recurso que sus pares hidalguenses.
Refirió que se habla de desarrollos urbanos, proyectos industriales y hasta un “mensaje tentador” del presidente de la República, respecto que hacía Hidalgo se está dando y va dar el crecimiento desde la Ciudad de México.
Sin embargo, “el tema es hasta dónde alcanza (el agua)”, cuál y cuánta es la inversión que dispondrán para mantener la disponibilidad de ese recurso natural, sin que por ello se malinterprete que se opone a los proyectos.
Por ejemplo, hablar de plantas tratadoras de aguas residuales para destinarlas al uso agrícola no es la solución, ya que se debe analizar para cuántas hectáreas abarcaría la determinada cantidad que fluya, entonces cuántas plantas se necesitan y dónde, dependiendo de la cantidad que la empresa desecha.
Por todo lo anterior, insistió que estamos a tiempo, aludiendo a las autoridades, porque en lo inmediato qué va pasar, no se puede dejar de sembrar y el tema social, es un punto relevante cuando vemos en Pachuca las protestas por el desabasto del vital líquido.