De cara a este jueves dos de febrero, la Arquidiócesis Primada de México solicitó a feligreses no vestir sus imágenes del niño Dios como santos o arcángeles, además de que externó que no es necesario cambiarlos de vestido año con año. Según la costumbre, muchas personas lo mudan anualmente de indumentaria puesto que se cree que “pueden enojarse” o en su defecto, “sentir frío”.
En este sentido, el mayor instituto eclesiástico de México dijo que al tratarse de figuras de yeso carecen de sentimientos, por lo que si en realidad “queremos ponerles un vestido digno y verdaderamente bello, valdría la pena hacerles uno solo.”. Tan solo en la región de Tulancingo, fieles suelen gastarse hasta mil pesos en la compra de figuras con la imagen de dicho patrono, aunque quienes solo compran trajecitos destinan cerca de 600 pesos.
Así las cosas, emitieron una serie de recomendaciones en caso de que se tenga el deseo de vestir al “niñito” Jesús. Una de ellas es el conocido como Niño de las Palomitas (en remembranza de las palomitas que José y María ofrecieron en su presentación al templo); de Nazareno, en honor a su nacionalidad; o del Sagrado Corazón de Jesús, donde muestra el gran amor por la humanidad.
La Arquidiócesis también avala la indumentaria del Señor de la Misericordia, de Cristo Rey (para trabajar con amor por su reino), de Cristo Sacerdote (pues dentro de la religión marca que fue él quien dejó los sacramentos en la Tierra); otra opción es del Buen Pastor “que dio la vida por nosotros”; y finalmente, del Santo Niño de Atocha, uno de los más populares según comentaron anteriormente comerciantes de ropones del centro de Tulancingo.
Cabe recordar que la fe católica estipula que la imagen del niño Jesús nos recuerda que el Hijo de Dios tomó la decisión de volverse hombre por nosotros. En remembranza de la presentación al templo cuando fue llevado por José y María, fieles acuden a los distintos templos para bendecir estas figuras, las cuales pueden vestirse con ropones elegantes a manera de homenaje.