En Hidalgo hay alta prevalencia de enfermedad renal crónica entre personas de 35 a 60 años, es decir, falla de los riñones y una gran cantidad de pacientes requieren ingresar a terapia de sustitución renal como es la diálisis y la hemodiálisis.
Sin embargo, algunos desconocen que el trasplante es una de las terapias de sustitución renal y, quizá una de las más efectivas, para restablecer de forma más completa la función de los riñones, expresó en entrevista Eloisa Téllez Chávez, médico nefróloga adscrita a la Unidad de Trasplante del Hospital General de Pachuca.
El trasplante se trata de colocar un órgano sano en una persona con daño en el riñón. Es un tratamiento que requiere de la participación de la familia y, de la misma colaboración de la sociedad.
El trasplante depende de la donación. Los donantes puede ser de dos tipos: de una persona viva, que pueda donar y cumplir con todo el protocolo de seguridad y también hay un donante fallecido, quien por cualquier circunstancia pierde la actividad cerebral, pero persiste las función conservada en el resto de órganos, cuyo periodo de tiempo es limitado, haciéndose la petición a los familiares para la donación.
El donante es sometido a un protocolo completo de salud. Participa todo un equipo médico para valorar al paciente de forma integral. De esta manera, se asegura que este sano y, en caso, de existir riesgo, se corrige algunas dislipidemias, como la obesidad.
La cirugía de un donante vivo y la persona que los recibirá es controlada y la recuperación es relativamente rápida. Para que la calidad de vida sea óptima, el paciente debe someterse a una revisión anual para descartar factores de riesgo. Mientras que un paciente donador, su calidad de vida es prácticamente normal o similar previo a la donación.
La médico nefróloga Eloisa Téllez explicó que se desconoce el motivo de la alta prevalencia de ésta enfermedad, pero estas observaciones fueron a partir de un programa de Biopsia Renal realizado en conjunto con el doctor César Melo Centeno, y se descubrió alto porcentaje de enfermedad glomerular, que es inflamación de los filtros pequeños de los riñones, en personas jóvenes y, al no tratarse, provoca falla en los riñones.
Mencionó que constantemente se realizan campañas de sensibilización para la donación. En forma general, independiente de un paciente que requiera un riñón, un donador fallecido puede beneficiara a seis u ocho personas directamente y de 25 a 30, indirectamente, si se habla de otros tejidos.
El Hospital General de Pachuca tiene activo el servicio de trasplante renal, de donante vivo y fallecido, también cuentan con registro de trasplante de córnea.
En Hidalgo hay una lista de 56 pacientes en espera de riñón y 60 de córnea. En ambos, el promedio de trasplantes, son de 20 anuales.