El cielo permanece nublado, amenaza constantemente con volver a llover en el quinto día de una semana fatídica para miles de pobladores de Tlahuelilpan, que tratan de recuperar su patrimonio oculto entre el agua negra que se desbordó del Río Tula desde el martes pasado.
“Perdimos todo lo que compramos con tanto esfuerzo”, se lamenta doña Andrea Montes, habitante de la colonia Salitre en el municipio de Tlahuelilpan, desde hace más de cuatro décadas, y quien con lágrimas en sus mejillas y voz entrecortada, reconoce que la mayor parte de su patrimonio se perdió por las inundaciones.
Su pesar no es el único en la colonia agrícola de Tlahuelilpan, pues la mayoría de los vecinos recuerdan cómo de un momento a otro perdieron sus pertenencias, desde televisores, hasta camas, lavadoras, estufas, refrigeradores y prácticamente todos los objetos de valor, mientras que algunos lograron cómo pudieron salvar parte de sus pertenencias al subirlas en el segundo piso, pero sólo entre quienes pudieron contar con una vivienda de dos niveles.
“Nadie se esperaba que el Río llegara hasta aquí”, relata Jorge Ramírez, otro de los afectados de la inundación en la colonia Media Luna, quien caminando entre los charcos que parecen interminables trata de revisar qué objetos aún pueden servir, sin embargo, reconoce que afortunadamente ninguna persona murió por este desastre natural.
Los vecinos de las colonias afectadas sólo esperan que las lluvias cesen y permitan la reducción del nivel del agua para que puedan regresar a sus casas, pero sólo algunos aceptaron irse a un refugio, y otros se rehusaron por temor a contagiarse de Covid-19 en un espacio con tantas personas.