Algunos pachuqueños lo conocen como el “Pasaje del Faje”, pero se llama el Pasaje Comonfort: un estrecho paso habitacional que sobrevive pese al paso del tiempo, así como el olvido de sus autoridades.
¿Quién fue Ignacio Comonfort?
El nombre proviene del militar José Ignacio Gregorio Comonfort de los Ríos, quien fue presidente de México dos veces, primero como interino e inmediatamente después nombrado constitucional. Entre ambos cargos consecutivos de manera ininterrumpida comenzó el 11 de diciembre de 1855 y fue desconocido de su cargo el 21 de enero de 1858.
Las historias del Pasaje Comonfort de Pachuca
En este Pasaje Comonfort, doña Silvia Priego Garduño vive desde hace 35 años, cuando el también identificado por algunas personas como un callejón, se encuentra ubicado entre las calles Salazar y Guadalupe Victoria.
A sus 76 años de edad, ella recuerda historias de vida generadas al paso de los años con sus autores que convivió o simplemente las escuchó de sus vecinos.
Durante su llegada de la mano de sus hijos, el pasaje ya contaba con la jardinera construida en lo ancho del Pasaje que impide pasar por ahí autos, únicamente se puede del otro extremo.
También había bancas numerosas, más plantas, una vecindad, así como un negocio con venta de antojitos mexicanos llamada “Doña Cuquita”.
Aún cuando se encuentra en pleno Centro de la ciudad capital de Hidalgo, las familias que aquí han habitado son pocas, pero muchas de ellas interesadas en darle vida al sitio con diversas actividades culturales como tradicionales que han permitido mantener el nombre vivo.
Mientras que las generaciones longevas lo conocen bien, los jóvenes podrán ubicarlo, pero no identifican tan fácil el lugar por el nombre de Comonfort.
Doña Silvia lo recuerda con cariño, y dice que el lugar es seguro, aunque podría estar mejor.
Recuerda aquellas noches de peleas a golpes entre algunas jóvenes que ofrecían servicios sexuales por la noche que comenzaban en la esquina de Guadalupe Victoria para terminar en este Pasaje.
O aquellas personas que en su huída por alguna razón, utilizan este Pasaje como atajo.
Tampoco olvida aquella ocasión que una de sus exvecinas presuntamente asesinó a un hombre en su vivienda, sitio que desde entonces se mantiene abandonada.
El Pasaje Comonfort se mantiene vivo, se niega a morir a pesar del olvido o los grafitis del vandalismo.