A tres años de que inició la pandemia de Covid-19 en Hidalgo, que varios vieron fallecer gente a su alrededor, la enseñanza sobre la muerte que deja en los vivos es que se están más consciente “que todos nos vamos a morir y que todos los días nos acercamos a nuestra fecha de caducidad”, reflexionó la tanatóloga Rocío Tello Zamorano.
“La enseñanza más importante: nada es para siempre y que poco a poco nos acercamos a nuestra fecha de caducidad, irremediable”, dijo la experta, y por eso instó a que las personas gocen y disfruten las decisiones que toman y sus consecuencias.
Las herramientas, como la información sobre el proceso de duelo; el acompañamiento tanatológico; el momento de tu vida en que sucede un duelo (quebranto económico, quedarse sin trabajo, rompimiento de una relación) y las circunstancias que te rodean, son lo que dejan de aprendizaje el hecho de saber de tantos decesos en nuestro entorno.
Así como “cada cabeza es un mundo”, cada duelo es distinto, es personal e intimo, en la persona que lo vive, explicó.
Los infantes que tienen pensamientos mágicos, asumen que la muerte es reversible, destacó.
Con esta pandemia “nos damos cuenta, de manera consciente, sobre la gran oportunidad que es estar vivos, gozar, disfrutar, sobre todo agradecer, topar decisiones y acatar las consecuencias de las decisiones”, recalcó.
Dijo que es fundamental aprender a elaborar el proceso de nuestros duelos, “para no perder la calidad de vida. Un duelo no se supera, se procesa.
“Te obliga a decir cómo le vas hacer el resto de tu vida, para vivir sin la persona que murió, dependiendo lo que para ti significaba esa persona, lo que tu vivías de ese persona”, reiteró.
“Hay que aceptar la muerte, aprender a vivir con la realidad enfrente y cuál es: que nos estamos muriendo”.