La Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (OSUAEH) ofreció el concierto “Tchaikovsky. El extraordinario”, bajo la batuta del director huésped Jorge Armando Casanova, en el Aula Magna “Alfonso Cravioto Mejorada”, localizado en el Centro de Extensión Universitaria (Ceuni).
Mediante boletín de prensa, la OSUAEH informó sobre la interpretación de uno de los temas más memorables del compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky: la Sinfonía Número 05 en Mi Menor Op. 64. Obra compuesta entre mayo y agosto de 1888, y estrenada en San Petersburgo el 6 de noviembre del mismo año, bajo la batuta del propio compositor.
La pieza sinfónica conformada por los movimientos “Andante- Scherzo: Allegro con anima”, “Andante cantabile, con alcuna licenza”, “Valse: allegro moderato con patrioso” y “Andante maestoso- allegro vivace- molto meno mosso”, resonó en el Aula Magna “Alfonso Cravioto Mejorada”.
En su momento, el escritor ruso Tchaikovsky escribió: “Introducción: Sumisión total al destino o, lo que es lo mismo, a la ineludible predestinación de la Providencia. Allegro: I. Murmullos, dudas, quejas, reproches a... II. ¿No es mejor lanzarse de cabeza a la fe? El programa es excelente, siempre que logre llevarlo a cabo."
Otra de las obras que se escucharon este viernes fue la “Obertura Ruslan y Ludmila”, de Mijaíl Glinka. El compositor ruso arregló esta que fue su segunda ópera, aparecida en 1842, la cual se basó en el poema narrativo de Pushkin. No obstante, su lenguaje complejo y lento, así como sus grandes dimensiones no complacieron ni a la corte ni al público.
Esta indiferencia a la que Glinka consideró su verdadera obra maestra, muy superior a Una vida para el zar, su primera ópera, lo amargó tanto que abandonó Rusia y pasó la mayor parte de sus últimos años de vida en el extranjero.
Respecto a las obras interpretadas este día, el director huésped, puntualizó que en el caso de la “Obertura Ruslan y Ludmila” su virtuosismo engancha al público desde las primeras melodías, pero también implica un gran reto técnico para la sección de cuerdas; mientras que, en el caso de la Sinfonía de Tchaikovsky, tiene un aire romántico y alegre, muy característico del compositor ruso, en el cual se pudo disfrutar de un espléndido solo de corno.
“La música es vibración y nosotros como seres humanos somos vibraciones, entonces no tengan miedo y dense la oportunidad de acercarse a la música clásica y no perder la oportunidad de permitirse sentir con ella”, manifestó.
Entre el público de esta noche se encontró el maestro Enrique Bátiz, quien el pasado jueves fue presentado como el nuevo director de la OSUAEH de quien se podrá disfrutar su trabajo a partir de la Primera Temporada de Conciertos del 2023.
El próximo viernes 25 de noviembre la orquesta ofrecerá “Clásicos imprescindibles”, bajo la batuta del director huésped Antonio López.