Ocho tipos de tamales que se preparan en Hidalgo

De piloncillo, trabucos, contra el mal, de frijol y hasta de “arena”, en el estado existe una gran variedad de este platillo tan mexicano

Yulissa Ortiz | El Sol de Tulancingo

  · lunes 22 de enero de 2024

En cada platillo hay tradición y variedad de cada región / Archivo OEM

Para todos los nacidos en esta tierra de gigantes, obsidiana y plata, Hidalgo tiene una gastronomía inigualable no solo por su sazón, sino porque en cada platillo hay tradición y variedad de cada región y municipio.

Estando próximos al Día de la Candelaria, día donde por tradición se comen tamales en los hogares y centros de trabajo; eso sí, comprados por aquellos desafortunados a quienes les salió el muñeco en la Rosca de Reyes.

Además de los tradicionales tamales de verde, salsa roja y de dulce que se comen en la demarcación, afortunadamente Hidalgo cuenta con sus propias preparaciones de este platillo tan mexicano.

8 tipos de tamales que se preparan en Hidalgo

Tamales de piloncillo

En el Valle del Mezquital, durante las fiestas patronales de la región hidalguense o en los tianguis es común que se vendan los tamales de piloncillo.

Para su preparación, primero se disuelve el piloncillo en la lumbre bajo las brasas de leña de mezquite, hasta lograr un líquido espeso. Luego, se eligen mazorcas con granos redondos y grandes, lo cuales le darán fuerza al tamal al igual que las hojas que se seleccionan, las cuales deben aguantar la temperatura de la vaporera.

Las cocineras tradicionales no utilizan royal o levadura para que los tamales “esponjen”, en lugar de ello, optan por utilizar recetas ancestrales, como el agua de cáscaras de tomate verde.

Trabucos

Originarios de San Bartolo Tutotepec, en la Sierra Otomí-Tepehua, los trabucos son unos tamales alargados, rellenos de salsa roja hecha a base de pepita, envueltos y amarrados con una hoja especial de la región que le da un sabor único a la masa al cocerse.

Primero se pone a tostar la pepita, se desvena chile ancho y moritas, para darle un toque picoso, le añade causaza, todos estos ingredientes se muelen para tener el pastal, mientras que la masa se prepara con manteca y caldo de pollo.

Para su preparación, se tiende la hoja de papantla, se le pone masa arriba, de ahí se envuelven y se amarran y ponen a coser.

Tamales rellenos de frijoles

En Acaxochitlán existe una gran variedad de este platillo pues la cocina tradicional está más que presente en cada cocina de este municipio.

Aquí pueden encontrarse tamales de masa azul, o bien blancos, rellenos de frijoles con adobo; hay quien los prepara con un huevo en su interior, previo a cerrar la hoja del tamal.

Eso sí, sin importar el relleno del tamal, todos ellos son guisados con leña para resaltar el sabor de los ingredientes y darle el distintivo de la cocina tradicional de Acaxochitlán.

Tamales de xala

De xala o shala, son originarios de San Agustín Metzquititlán, y su nombre se origina por su apariencia.

Xala significa arena, y recibe este nombre pues es un mole cuya textura se asemeja a dicho material, al prepararse con pepita de calabaza. Su relleno puede ser de carne de puerco o de pollo y se envuelve en una hoja de maíz.

Sin embargo, su ingrediente principal es el tequelite, una yerba silvestre de la región que le da un aroma muy especial a estos tamales.

Tamales bomba

En Zacualtipán existen unos tamales con una forma sumamente especial pues son completamente redondos, por eso han sido llamados como tamales bomba o de bola.

Su relleno puede ser de mole de xala, como normalmente se guisa, o de cualquier otro guisado. También se envuelven en hoja de tamal y se cuecen al vapor.

Piltamales

Aún en la Huasteca hidalguense, los piltamales o también llamados pikes, se preparan con frijol zarambando, el cual comienza a comercializarse en abril y mayo.

También llevan cilantro y chile serrano, como ingredientes esenciales. Estos tamales, debido a la temporada de los frijoles, se venden mucho durante Semana Santa y los periodos de vigilia.

Tamal contra el mal

En la Huasteca este tamal no es un simple tamal, pues se trata de un tamal ritual. También llamado tlapataxtle, es un tamal alargado que se prepara con una cabeza de cerdo o un pollo entero.

Se ofrenda a los rituales dirigidos a la madre tierra, a los númenes del agua, los cerros y las nubes.

Aunque obviamente también es para consumo humano, pues en muchas fiestas reparten este tamal.

Ungüis

Originarios del Valle del Mezquital y de origen otomí, este tamal va prepa­rado con masa de maíz endulzada con piloncillo y condimentada con canela y anís. Se cuece al vapor, envuelto en hojas de maíz.