El gobierno federal planea la construcción de un puerto seco dentro de las instalaciones de la refinería Miguel Hidalgo que por consiguiente sería con recursos federales, informó el secretario de Desarrollo Económico (Sedeco), Carlos Henkel Escorza.
“Ahorita se trabaja en el actual, se tiene disponibilidad para poder seguir utilizando”, indicó el funcionario estatal al detallar que su capacidad de hoy en día es del 50 por ciento.
Fue entonces que mencionó el proyecto del gobierno federal para construir uno más en los terrenos que serían utilizados para la ampliación de la refinería Miguel Hidalgo que nunca se ejecutó.
Ahí, “se le va dar un tratamiento precisamente para poder generar patios aduanales y poder lograr también recintos fiscalizados (lugares donde se encuentran las mercancías de comercio exterior controladas directamente por las autoridades aduaneras y en donde se da el manejo, almacenaje y custodia de dichas mercancías por las autoridades), y con esto se pueda generar un nuevo puerto seco”.
La inversión para estos trabajos, detalló Carlos Henkel, será federal en conjunto con el gobierno estatal, quien es participe debido a que la obra quedaría asentada en territorio hidalguense.
Puntualizó que continuará la evaluación de una construcción similar cercano al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), “tendrá que detonarse algo parecido con recintos fiscales que permitan obviamente que los agentes aduales realicen su trabajo cercanos”.
Para edificar el puerto seco, respondió que “no tengo las fechas exactas porque se está haciendo la evaluación y el análisis, pero sí hay una gran perspectiva que así suceda”, señaló.
Vale mencionar que de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), indica que el 30 de julio de 2008, Pemex elaboró el “Estudio de viabilidad para construir una nueva refinería en México”, con el objetivo de contribuir a que el país contara con la infraestructura de producción para abastecer con seguridad, oportunidad y calidad los productos petrolíferos demandados.
Lanzó una convocatoria para que las entidades federativas presentaran propuestas.
“Pemex opinó que el mejor lugar para construir la nueva refinería era Tula de Allende, Hidalgo, por localizarse cerca de las regiones de consumo de petrolíferos; por ello, su construcción estaría sujeta a condiciones consistentes en que en un plazo de 100 días naturales, contados a partir del 14 de abril de 2009, el Gobierno del Estado de Hidalgo habría realizado los siguientes actos jurídicos: Adquirir en propiedad todos los bienes que integran los polígonos de los terrenos propuestos, con superficie de al menos 700 hectáreas, y cumplir con todos los requisitos legales de registros y de respeto a los derechos preferenciales.
Además, entregar a Pemex Refinación la constancia de manifestación unilateral e irrevocable de transmitir dichos bienes en donación al organismo”.
A fin de cumplir, en el 2009 el Congreso del Estado votó por unanimidad el endeudamiento de mil 500 millones de pesos para adquirir los terrenos que donaría a Pemex Refinación.
En la firma del contrato de Donación Pura, Simple y Gratuita, la sexta cláusula señaló que en caso de que no se construyera la refinería ni se utilizara para los fines establecidos, el contrato se tendría que revertir en favor del donante.