De dos a cuatro kilogramos subieron de peso los infantes por el consumo desmedido de azucares y grasas durante el periodo de vacaciones de Semana Santa y para bajarlos se requeriría de un mes aproximadamente, siempre que se lleve una actividad física y una dieta nutritivarica en frutas y verduras y nada de alimentos empaquetados ni bebidas azucaradas.
Es lo recomendó la nutrióloga clínica egresada de la UAEH, Quetzalli Contreras Fernández, quien destacó que mientras hay padres de familia que prefieren que sus hijos se distraigan o jueguen con un dispositivo electrónico (computadora, teléfono móvil, tablet, pantalla, consola) el cual fomenta el sedentarismo, “es mejor que salgan a jugar, que se muevan” diariamente cuando menos 30 minutos, ayudará a perder grasa y calorías para que el cuerpo no las almacene.
“En vacaciones beben mucho y comende todo” la niñez, se dejan de mover, aunado que venimos de una pandemia que causó la inmovilidad, y en un contexto nacional que ha incrementado la obesidad infantil, hay que descartar las “dietas milagro” no funcionan, apuntó.
La fórmula para perder el peso que se incrementó en las vacaciones es “comer lo natural y en Hidalgo como en el resto del país es barato, sale más caro ir a comer unos tacos con refresco en la calle una familia completa”, comparó.