En el ISSSTE Hidalgo, con la desaceleración de la pandemia desde 2022 empezaron abatir el rezago en servicios médicos a pacientes programados con cirugías y otros tratamientos no graves o urgentes, y también se incrementaron las quejas, que se buscan disminuir con ampliación de la infraestructura, reconoció el titular de la Unidad de Atención al Derechohabiente, Luis Carlos Olvera Serrano.
Mientras había una demanda en 2020 y 2021 de contagiados de Covid-19, “nunca se dejó de atender a los demás padecimientos, fuimos unidades (hospitalarias) híbridas para los más de 400 mil derechohabientes con sus 21 prestaciones a las que tienen derecho”, especificó.
El Servicio de Urgencias, dijo, “siempre estuvo abierto y disponible”, tuvieron que reprogramar cirugías de prótesis o aquellas “no de alto riesgo”.
En 2022, cuando la vacunación masiva había concluido y ya no había tantas hospitalizaciones, “retomamos la normalidad con los servicios: en periodos de prepandemia teníamos en promedio de mil a mil 100 atenciones de consulta de especialidad, medicina familiar, urgencias, estudios de gabinete y laboratorio diarias”, ahora subieron un 20% a mil 400 a mil 500, debido al rezago.
El funcionario también observó un fenómeno, derivado del Covid-19, los derechohabientes titulares empezaron a asegurar a sus familiares, otro aspecto es que debido a un flujo migratorio en Tizayuca por su colindancia con la Ciudad y Estado, aumentaron los usuarios, como algunos pensionados o jubilados fallecieron las parejas e hijos iban a cobrar la pensión y es un trámite, así como las incapacidades.
El “punto crítico” son el diferimiento de las atenciones, así como la molestia por las fichas para consulta, el tiempo de entre uno a dos meses para una cita con especialista y el conflicto entre usuario y trabajador, enlistó como las principales quejas.
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Para disminuirlas, remodelarán 30 unidades en el estado, “pero lo más importante son los autocuidados del derechohabiente para no enfermar y saturar los servicios”.