Hidalgo es una de las entidades que menor uso de las energías renovables ha aprovechado como la eólica, hidroeléctrica y geotérmica, las cuales podrían sustituir en más del 80 por ciento a las derivadas de los productos fósiles como el gas natural y la gasolina, que actualmente se gastan más de tres mil millones de litros anuales de combustible, según datos de la Secretaría de Energía (Sener), dijo el investigador en Ciencias Ambientales de la Universidad de Chapingo, Omar Soberanes Alcántara.

El también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) dijo que Hidalgo es uno de los estados que menos apuesta en las energías renovables a nivel nacional, pues menos del cinco por ciento de los recursos económicos se destinan para fines de las nuevas tecnologías sustentables, lo que se encuentra por debajo del promedio nacional, pese a que México también es uno de los países más atrasados en estas dinámicas.

De acuerdo con el especialista ambiental, el uso de los recursos fósiles repercute de forma negativa en el entorno natural, pues la producción petrolera y de gas licuado pueden contaminar un río que tardará más de cien años en limpiarse completamente, aunado a también afectan en la flora y fauna endémica.

Agregó que el caso más visible es el de Tula, que es una de las regiones más contaminadas del país, en donde las especies endémicas prácticamente han desaparecido y se siguen generando emisiones que también devienen en la concentración de azufre, dióxido de carbono y partículas PM10, que pueden ser nocivas para la salud humana.

Consideró que mientras México apuesta por las tecnologías obsoletas de producción de combustibles fósiles, otros países han optado por el desarrollo de las energías eólicas, las cuales pueden producir el total de la energía eléctrica del país y en el caso del estado se pueden utilizar las condiciones ambientales de Pachuca para garantizar la limpieza del aire ante la elevada concentración de vehículos.

Expresó que han existido algunos esfuerzos con la creación de plantas solares para garantizar el servicio de energía eléctrica en la vía pública en algunas regiones, pero aún no son significativas, aunado a que se siguen consumiendo como principal forma de calefacción el gas natural dejando a un lado las tecnologías geotérmicas.