Este lunes arrancaron las jornadas pre seminaristas que organiza la Pastoral Vocacional de Tulancingo, sesiones de introspección, enseñanza y oración en que los jóvenes que aspiran o sienten inquietud para convertirse en sacerdotes, reciben acompañamiento y orientación por parte del arzobispo de la Arquidiócesis, Domingo Díaz Martínez; así como de sacerdotes de la región y compañeros seminaristas en plena formación.
Para este año, la Arquidiócesis informó que un total de 53 jóvenes acudieron al llamado, por lo que durante esta semana y hasta el 9 de julio, reafirmarán su vocación en la sede educativa católica, el Seminario Menor de San José que se ubica en la colonia La Escondida de Tulancingo. Actividades lúdicas, deportivas, misas y plenarias informativas son solo algunas de las acciones que sostienen en dicho encuentro.
"No es un retiro. Es el encuentro de varones que asisten como respuesta a su inquietud vocacional, a un lugar (Seminario, casa de formación de sacerdotes), para dejarse ayudar de herramientas, momentos, personas, estructuras, para que puedan escuchar el llamado de Dios, con mayor claridad. Algunos a partir del pre seminario piden un tiempo de acompañamiento, otros es el culmen de su discernimiento, pues algunos apenas escuchan el llamado; otros ya vienen desde casa, o parroquias, o grupos pastorales, o experiencias con un discernimiento mayor" contó al respecto el padre Josafat Lozada, coordinador de la Pastoral Vocacional de Tulancingo.
El presbítero explicó que en los preseminarios se muestran principalmente exposiciones de temas teóricos de formación humano-cristiana, que "ayudarán a poder discernir en muchos momentos de introspección de su persona" así como actividades de oración, búsqueda de dones y talentos, actividades prácticas donde asistentes manifiestan la destreza de habilidades psicológicas, espirituales, motrices, entre otras.
"Hay muchos momentos de convivencia para conocer a más jóvenes con la misma inquietud vocacional. Hay deportes y muchos espacios de oración y encuentro con Dios, ya sea en tiempos personales, comunitarios y momentos sacramentales. En todas estas actividades siempre están acompañados de sus guías ya sean seminaristas o sacerdotes", abundó.
Finalmente, precisó que aunque no todos los que llegan se convertirán en sacerdotes, en promedio el número de ingresos por generación es de 60 estudiantes, los cuales son puestos a selección acorde con su edad, habilidades e inquietudes. Según explica, no se trata de alcanzar el máximo objetivo de ser curas, sino de "ser felices en la respuesta a Dios, respondiendo a su propia vocación".