El toque de la concha de mar retumba en el lugar, Tote es el maestro guía del Temazcal y está pidiendo a la madre tierra entrar en su vientre para purificar el cuerpo y el alma a través de un baño de vapor. El ritual comienza con una ofrenda a la madre tierra, quien es la que da la vida y los alimentos, mientras que la parte espiritual del ritual trabaja con los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y viento.
Antes de entrar al recinto sagrado se hace la purificación a las personas con el copal, para limpiar sus energías negativas, a esto le sigue el baño de vapor dentro del temazcal, para lograr la desintoxicación del alma y el cuerpo. El temazcal se encuentra listo, ya se hizo el calentamiento de las 52 piedras al rojo vivo, que señalan el calor de la vida, mientras tanto, las hierbas medicinales, los tés aromáticos y esencias, se depositan alrededor para que salga el vapor y comience la sanación.
El maestro Jacobo Estrada guía del Temazcal, señala que el baño indígena ayuda a mantener el cuerpo en forma, además ayuda a quitar malestares mentales, físicos y espirituales, se trata de un lugar de curación donde se utilizan plantas medicinales como ruda, albahaca, Santa María incluso mariguana. Ante de la llegada de los Europeos, explicó que los temazcales ya existían, pero eran muy rudimentarios y provisionales, se construían con ramas y se forraban con pieles de animales para la curación de mujeres que iban a dar la luz, se les preparaba un baño de vapor para que su cuerpo resistiera el parto.
Hay temazcales para curación y meditación, todos tienen características diferentes pues algunos son hechos de tabique, hay otros de adobe, piedra o los tradicionales que se hacen con varas y se forran con pieles de búfalo. Dijo que el temazcal es una bóveda que simboliza el universo, es un horno con espacio suficiente para varias personas y que sobreviven en la actualidad para hacer la curación a través de la medicina tradicional.
En su inquietud por mantener viva esta tradición milenaria, Otzare Olvera Solís junto con su esposa María Sandra Cureño Díaz, decidieron construir un temazcal que formaría parte de la recuperación de Otzare tras detectarle cáncer. Ellos viven en la localidad de Temaxcalillos, municipio de Metepec, que hace honor a los temazcales; este lugar alberga una hacienda que data de 1870, la cual fue construida por un doctor que combinaba la ciencia con la medicina tradicional.
“Queremos mantener viva este tipo de medicina. El temazcal fue uno de los primeros ritos que Dios y el universo nos entregaron a la humanidad hace miles de años. Está comprobado que hace cien años en México, los temazcales eran los hospitales, aquí era donde la gente sanaba de su malestar físico o espirituales”, contó, Olvera Solís. Relató que nuestros ancestros siempre pensaron que las enfermedades se generan en el espíritu y se manifiestan en el cuerpo, “si no sanamos el espíritu, no se puede sanar el cuerpo. Es la base de la medicina ancestral”.