Desde tiempos inmemoriales, la utilización del maguey es innegable, ya que es una planta que fue una de las primeras en ser cultivadas en América Media, además existen evidencias de su utilización desde el siglo seis antes de Cristo.
Las bondades del maguey pulquero en el altiplano hidalguense desencadenaron una fuente económica de gran importancia que tuvo impacto en diversos ámbitos como el de infraestructura e industria; sin embargo, su importancia ecológica radica en la facilidad de esta planta para proteger de distintas formas flora y fauna de los ecosistemas donde crece.
Gustavo Madrid, titular del proyecto ambiental, Apan, Paisaje y resiliencia, compartió con El Sol de Hidalgo, 5 datos por los que esta planta, también llamada “El Árbol de las Maravillas”, es importante para el ecosistema en el Altiplano de Hidalgo.
El primero de ellos es que previene la erosión, pues es eficiente para formar y conservar el suelo agrícola, aún en zonas con elevaciones de hasta 45 grados, así como en terrenos pedregosos o tepetate, su cultivo ayuda a conservar los nutrientes del suelo y evitar su pérdida por erosión, el desgaste o denudación de suelos y rocas que producen distintos procesos en la superficie de la tierra.
Por otro lado, ayuda a fertilizar el suelo ya que produce raíces absorbentes, superficiales y temporales, que son las que le permiten absorber, retener y promover la aparición de nutrientes, además de que, a medida de que las hojas de maguey mueren y se descomponen liberan nitrógeno, potasio y fósforo que actúan como un fertilizante natural.
También comentó que mejora la humedad del suelo porque toda la estructura de esta planta, así como las hojas que se descomponen ayudan a retener la humedad del suelo, favorecen la infiltración del líquido y contribuyen a reducir la escorrentía superficial que podría contaminar las vertientes del agua.
Cabe señalar que, por su sistema radicular y morfología aprovecha eficientemente el recurso hídrico y el manejo en terrazas y zanjas contribuye a retener agua y alimentar los mantos freáticos.
Más bondades
El magueyes resiste la sequía ya que no requieren riego, obtiene suficiente agua de la humedad del suelo y la lluvia natural, quizá, esta es una de las características más distintiva del maguey: su capacidad para almacenar grandes cantidades de agua en sus hojas suculentas.
Esta reserva de agua le permite sobrevivir durante largos períodos sin necesidad de tener del vital líquido, esta tolerancia a la deshidratación, es muy significativa, ya que sus hojas se enrollan para reducir la pérdida de agua a través de la transpiración.
Otra de las cualidades del maguey es que, sus raíces profundas pueden extenderse en el suelo para buscar agua en capas más profundas, lo que les permite acceder a fuentes de agua subterránea.
Finalmente, captura carbono. El maguey tiene la capacidad de absorber el carbono atmosférico, esto, gracias a su proceso de fotosíntesis, en el cual utiliza la energía solar para convertir el dióxido de carbono en azúcares y liberar oxígeno.
Además, esta planta tiene la particularidad de almacenar carbono en sus tejidos, lo que contribuye a su capacidad como sumidero y cabe destacar que, este tipo de agave por sí solo pueden extraer y almacenar en la superficie del suelo el equivalente en peso seco de 30 hasta 60 toneladas de bióxido de carbono por hectárea.
El ambientalista, concluyó: “El maguey es uno de los recursos más rentables ya que no requiere de mayores cuidados su gran presencia sus posibilidades de utilización y la gran tradición cultural a su alrededor son elementos que contribuyeron a su extenso aprovechamiento”.