A dos años de la pandemia no hay fármaco que impidan la infección de Covid-19,sólo medicamentos para reducir síntomas graves de la enfermedad, hospitalizaciones y muertes, como las vacunas de ARN mensajero o vectoriales virales y algunos tratamientos como con Loperavid o Baricitinib aprobados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), además de remedios caseros de los que se no se ha comprobado su eficacia.
Al respecto, José Domingo Casillas, subsecretario de Prestación de Servicios de la Secretaría de Salud, afirmó que las vacunas no evitan que una persona se pueda contagiar y dispersar el virus.
Señaló que gracias a la ciencia y el desarrollo pronto de vacunas incluso, biológicos que no habían tenido ningún tipo de plataforma previamente, como son las de ARN mensajero, es como se ha podido contener la pandemia.
En México, las vacunas autorizadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), para su aplicación, son las de la farmacéutica CanSino, AstraZeneca, Sputnik V, Pfizer BioNTech y SinoVac, que brindan en su mayoría arriba del 90 por ciento de inmunidad, lo cual es suficiente para que una persona evite tener una enfermedad grave. Detalló que en los inicio de las variantes de preocupación, en ese momento las vacunas tenían un poder de esterilización, pero conforme fueron avanzando las variantes como la Beta, Delta, Gama, “vino a tirar este argumento, con sustento científico de que la vacuna evitaba que nos infectáramos”.
“Estar vacunados no significa que no podamos infectarnos, que no podamos transmitir la enfermedad a pesar de que tengamos poco síntomas o incluso pasarla asintomático. De ahí la importancia de seguir con las medidas de bioseguridad”, compartió.
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Habló de la importancia del uso del cubrebocas en sitios donde haya aglomeración y espacios cerrados, una de varias medidas de no intervención farmacológica como la vacuna, y la que más funciona para la protección contra el virus.