Vanessa llegó hace una semana al zoológico Nicolás Bravo, siendo el primer tigre blanco en el lugar.
De acuerdo con la directora del zoológico, Maricruz García, fue rescatada de la posesión de un particular, en el estado de Guerrero, quien mantenía a la tigresa encadenada.
“Fue decomisada de un domicilio particular, ya venía con ese nombre, Vanessa (...) Sé que la tenían con una cadena, atada a un poste”, dijo García.
Añadió que a pesar de su pasado, Vanessa es sumamente juguetona, cariñosa y se ha adaptado muy bien para el poco tiempo que lleva en su nuevo hogar.
En cuanto a su salud, el veterinario del zoológico, Francisco Javier Rojas, mencionó que la tigresa llegó con una deficiencia en su peso e incluso con el pelo maltratado por la cadena con la que vivía anteriormente.
De momento la alimentación de Vanessa consiste en pollo porque es lo único que le gusta, según personal del zoológico, además que siguen en el proceso de conocerla y entenderla.
“Afortunadamente PROFEPA Hidalgo nos hizo el favor de decirle a Guerrero ´llévalos a Tulancingo´ y pues aquí los tenemos”, afirmó Maricruz García.
Destaca que los tigres blancos son una especie en peligro de extinción por la cacería ilegal especialmente las hembras, ya que cuentan con un gen que elimina el pigmento anaranjado de los tigres.
Los tigres blancos pueden llegar a vivir hasta 25 años en cautiverio y Vanessa tiene un año y dos meses de edad.
Vanessa se suma a Diego y Eva, una pareja de tigres también rescatada por la PROFEPA de Guerrero en un operativo.