De no tender vínculos afectivos como familia y los padres no monitorean lo que sus hijos observan en un dispositivo electrónico, las ideas suicidas y llevarlas a cabo así como el consumo de drogas (lícitas e ilícitas) seguirán causando estragos en infantes y juventud, cuando puede ser lo contrario llevando a cabo esas acciones.
Entrevistados por separado, coincidieron en esa conclusión la psicóloga de la Unidad de Medicina Familiar del ISSSTE en bulevar Felipe Ángeles de Pachuca y el jefe de Salud Mental y Adicciones de la SSH, María Elena Martínez Alarcón y Christopher Mata Taboada, respectivamente.
Los especialistas dijeron que en el amplió ciberespacio hay todo tipo de información, entre la cual influye en la conducta y comportamiento de quienes están en pleno desarrollo de su cerebro y son los más vulnerables.
Por eso, entre los miembros de la familia debe haber confianza, la que permite comunicar y hablar de cosas y temas que les atañen, que llevaría a que no haya por qué ocultar o ver a escondidas algún tipo de material o contenido especialmente en los teléfonos móviles que orillen a la niñez o jóvenes aceptar retos individuales o colectivos que pongan en riesgo la vida o afecten su salud mental, argumentaron.