El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, externó su preocupación por el ataque sufrido a personal de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Cuautepec, que provocó la muerte de cuatro personas y nueve heridas.
“Nos preocupa mucho porque se está involucrando a la población. Algo que no queremos que suceda por lo de Tlahuelilpan”, dijo el primer mandatario.
Ante tal situación, se detalló por separado que el huachicoleo está comprometiendo la seguridad de la población como sucedió en la tragedia de Tlahuelilpan, hace cuatro años.
Y una más registrada hace unos meses en ese mismo municipio causada por personas dedicadas a la extracción ilegal del hidrocarburo.
El saldo en el ataque de Cuautepec fue de cuatro personas fallecidas, nueve heridas, cuatro vehículos asegurados y el inicio de ocho carpetas de investigación por la Procuraduría del Estado de Hidalgo.
La Sedena ha dado a conocer sobre el huachicoleo convertido en uno de los delitos federales de mayor impacto en México.
En Hidalgo, Puebla y el Estado de México se concentra el mayor número de tomas clandestinas de todo el país mexicano y el municipio hidalguense de Cuautepec encabeza el delito.
Fue el miércoles pasado en la comunidad La Estación, alrededor del mediodía, cuando cientos de pobladores presuntamente dedicados al huachicol y con el rostro cubierto, enfrentaron al personal de Pemex mientras reparaba la gran fuga burbujeante que un día antes se generó a raíz de una toma clandestina.
Todo tipo de establecimientos en los alrededores fueron desalojados por seguridad.
Lo anterior, debido a que comenzaron los disparos, donde “la Sedena actuó oportunamente por la similitud del evento con la explosión en Tlahuelilpan que cobró la vida de un centenar de personas.