No hay edad para que una lata de activo sea compañera en el camino de algún habitante de la colonia La Raza. Popular en Pachuca por tener la mala fama de que aquel que sube y no conoce, quizá viva un momento de pesadilla.
Hay problemas que prevalecen en el sitio, todos del total conocimiento de los lugareños: la drogadicción, el alcoholismo, el desempleo y los embarazos a temprana edad.
Elizabeth, una vecina que se encuentra al frente de un grupo que pretende fomentar el deporte para erradicar los malos hábitos, dijo para este diario que son muchas las necesidades y aceptó que, de algún modo, la colonia se ha catalogado como peligrosa.
“Los taxistas, por ejemplo, no suben ya casi ni en el día, pues dicen que los asaltan o los jóvenes les piden cooperación, entonces realmente no les sale ni lo del viaje”.
En este lugar no hay horario para ingerir alcohol o inhalar solventes, mucho menos para darse un toque de mota, tampoco edades para el vicio, pues el que ya cayó, ya cayó.
Regularmente los hombres de casa se dedican a algún oficio: herreros, plomeros, hojalatería o albañilería, por mencionar algunos. Con eso sacan adelante a sus familias, pues fuera de la colonia no tienen oportunidad de adquirir un buen empleo.
La persona entrevistada agregó que son años los que pasan y ninguna autoridad municipal se ha dedicado realmente a ver por esa colonia, a tal grado que los habitantes tienen la percepción de que las colonias del centro o las más urbanizadas, gozan de privilegios que jamás pasarán por las calles de La Raza.
“Eso entristece y de ahí quizá nace el repudio hacia los demás, por la falta de oportunidades, por la falta de igualdad”, agregó. Pese a estos conflictos, La Raza cuenta con un jardín de niños, una primaria y una secundaria, además de un Centro de Salud.
Empero, la mayoría de los niños concluye hasta la primaria, pues al pasar al siguiente nivel caen en las drogas, sus padres ya no pueden pagar las cuotas o la falta de conocimiento en el tema sexual frustra sus sueños de estudiantes y los convierte en padres a temprana edad. Aumenta la población, pero se mantiene el bajo nivel de empleo y fuentes para subsistir.
En marzo entró al quite la Agencia de Seguridad Estatal de Hidalgo (ASEH), cuyos agentes se reunieron con la gente para escuchar sus necesidades e implementar acciones en cuanto a prevención del delito.
La respuesta de la gente fue buena, hubo disposición y con ello se logró recuperar un espacio destinado al deporte que ahora es aprovechado por los niños, les sirve como distractor para que se alejen de las malas cosas.
Aunado a ello, los uniformados realizaron pláticas en las escuelas, con la autorización y buena participación del personal docente, con quien comparten el mismo fin: armonizar la colonia.
No todo ha sido fácil para la Policía en esa colonia, pues existen antecedentes de agresiones e incluso amenazas para que no se llevaran presos a jóvenes que incurrieron en algún delito, por ello prefirieron ya no subir ni arriesgarse. Los vecinos dicen que al menos los municipales continúan sin subir.
Así las cosas en este popular y peculiar sitio, donde la gente se tuvo que adaptar a lo que hay, a crear sus propias fuentes de empleo y a vivir con la delincuencia y la drogadicción a cada instante del día, todo bajo la leyenda escrita en una cancha de futbol: “Siempre seremos familia La Raza”.